Comunità di S.Egidio


 

05/10/1992

Tras 17 a�os de guerra civil el presidente Chissano firma el acuerdo con los guerrilleros Renamo
Pax romana para Mozambique
Decisiva la mediaci�n italiana, ahora deber�a empezar el alto el fuego

 

ROMA - Una vez alcanzado el acuerdo en Roma entre los partidos, ahora deber�a "estallar" la paz en la sabana y en las selvas de Mozambique, el pa�s que en este a�o 1992 se ha adjudicado la poca envidiable primac�a de encontrarse entre los primeros en la lista de los pa�ses m�s pobres. Es el resultado de 17 a�os de aislamiento, de carest�a, de una guerra civil que ha provocado entre 600 mil y un mill�n de muertos y un mill�n y medio de pr�fugos. La historia de este bell�simo y desdichado pa�s deber�a empezar a cambiar, sobre todo si el acuerdo firmado ayer por la ma�ana por el presidente Chissano y por el jefe de la guerrilla Dhlakama gracias a la mediaci�n italiana, se ve ahora apoyado por ayudas internacionales.

Una tragedia que viene de lejos, desde los tiempos en que Mozambique era una explotada colonia del m�s pobre de los ex imperios europeos, el portugu�s. Mientras que en Lisboa estallaba en 1974 la revoluci�n de los claveles, en Mozambique la vida continuaba al m�s puro estilo colonial. Todo estaba en manos de los 200 mil portugueses que amontonaban riquezas y las trasladaban a Europa. Los 13 millones y medio de negros que habitaban en un pa�s dos veces m�s grande que media Italia no ten�an nada.

Cuando los portugueses se fueron en 1975, el 97 por ciento de la poblaci�n era analfabeta; en todo el pa�s se quedaron 15 m�dicos y tres arquitectos. Incluso la iglesia era blanca: el primer obispo negro no fue nombrado por el Papa hasta despu�s de la independencia. Los bancos cerraban, las tiendas desaparec�an, la administraci�n p�blica se iba con los portugueses que ni siquiera dejaban m�quinas de escribir y papel.

Y el Frelimo tomaba el poder. Por una curiosa coincidencia, los l�deres del frente de liberaci�n ten�an relaciones estrechas con Italia, con el movimiento estudiantil, con Lotta continua y Potere operaio. Samora Machel, el primer presidente del Mozambique independiente, era seguidor de la izquierda romana; el ministro de Cultura y secretario del Frelimo, Chissano hab�a estudiado sociolog�a en Trento junto a Renato Curcio y Margherita Cagol. Despu�s de haber le�do y discutido durante a�os los cl�sicos del marxismo leninismo con los amigos italianos, se encontraron de repente ante la responsabilidad de administrar un pa�s; y no lo pensaron dos veces: no m�s propiedad privada de los medios de producci�n, administraci�n china en los campos, partido �nico al poder. Los resultados fueron desastrosos, ya que Samora y los suyos no hab�an contado con dos molestos vecinos, Rhodesia y Sud�frica.

Desde Sallsbury Ian Smith arm� enseguida a los hombres de la Renamo, los mismos que hoy han firmado la paz. Cuando Rhodesia consigui� la independencia y tom� el nombre de Zimbabwe, la Renamo pas� a depender de Pretoria, mientras que los hermanos de Mosc� pensaban en como ayudar a Maputo. Con la muerte de Machel en 1985 en un accidente a�reo, que siempre ha sido atribuido a Sud�frica, las cosas empezaron a cambiar. La crisis era cada vez m�s profunda mientras que la Renamo conquistaba nuevos territorios.

El nuevo presidente, el pragm�tico Joachim Chissano, se acerc� a Occidente y decidi� aceptar las ofertas de mediaci�n de la Iglesia mozambique�a y de la comunidad de San Egidio, que ya hab�a intervenido distribuyendo ayudas en las ciudades hambrientas aisladas por la guerrilla.

Tuvieron lugar los primeros contactos con los hombres de la Renamo, pero las cosas avanzaban con gran lentitud. M�s tarde empezaron a moverse un poco todos, desde Zimbabwe a los Estados Unidos, mientras que en Pretoria empezaba a soplar un viento nuevo y en Mosc� suced�a lo que ya sabemos. Don Matteo Zuppi de S. Egidio y el obispo de Beira Jalme Gon�alves no se rindieron, incluso cuando algunos intentos de mediaci�n iniciados oficialmente por Kenia y Zimbabwe fracasaron. Se dirigieron a Berlinguer, hablaron con Andreotti y, sobre todo, lograron convencer a Chissano y a Dhlakama que se deb�an mantener negociaciones concretas en Roma, en el convento de Trastevere d�nde tiene sede la Comunidad de S. Egidio.

Desde 1990 las negociaciones han ido adelante, mientras que en Mozambique se continuaba luchando. El jueves pasado todav�a se enfrentaban en Zambezia, la Renamo y tropas gubernativas, mientras que en Roma se esperaba la firma de un momento a otro. El acuerdo alcanzado prev� el inmediato alto el fuego. En los pr�ximos d�as sabremos si la tragedia de Mozambique est� a punto de acabar.

LA COMUNIDAD
La Comunidad de San Egidio es una organizaci�n cat�lica fundada en Roma de sacerdotes y de laicos bajo el impulso de las innovaciones del Concilio Vaticano II. Guiada en la actualidad por padre Matteo Zuppi y Andrea Riccardi, est� presente en 20 pa�ses con m�s de 15 mil miembros. Se ocupa de la asistencia a enfermos de Sida, drogadictos, ancianos abandonados, pobres de las periferias urbanas y gitanos. Se auto define "un lugar de encuentro entre personas diferentes." Con Mozambique, d�nde est� presente con programas asistenciales desde 1975 y d�nde se ha ganado la fama de organizaci�n independiente y acreditada, mantiene desde siempre una relaci�n preferente. Precisamente la Comunidad ha sido la primera en mediar entre la Iglesia cat�lica mozambique�a y el gobierno marxista de Maputo. Es una de las pocas organizaciones que siempre ha mantenido buenas relaciones con la Renamo y con el gobierno.

EL MEDIADOR
Mario Raffaelli, 46 a�os, ex subsecretario de Exteriores en los gobiernos Craxi y Goria, es desde 1990 el representante italiano en las negociaciones sobre Mozambique. Experto en cooperaci�n con el Tercer mundo - y con �frica en particular - Raffaelli ha mostrado sus dotes de mediador en el Nagorno-Karabak, d�nde fue enviado por la Csce para poner fin al conflicto entre azer�es y armenios.

Fabrizio Dragosei