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26/12/1999 |
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Para los despose�dos |
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En el coraz�n de la City porte�a, donde de lunes a viernes el capital financiero alza o aplasta los sue�os de muchos, la Comunidad de San Egidio y la parroquia Nuestra Se�ora de la Merced dieron de comer a 300 despose�dos durante el almuerzo de Navidad. Esta es la segunda festividad navide�a, en los dos �ltimos a�os, en que se lleva a cabo esta comida masiva a la que monse�or Eugenio Guasta, p�rroco de la iglesia de la Merced, defini� con las palabras justas: "Que se haga en este barrio es muy significativo y es un signo de caridad en sentido profundo. Es vivir con el otro compartiendo algo: en la City se da de comer a los marginados y a los excluidos". El secretario de Culto, Norberto Padilla, y su esposa, Gloria Williams, acudieron a saludar a los comensales. El arzobispo de Buenos Aires, monse�or Jorge Bergoglio, fue invitado al almuerzo. En la nave central del edificio, que comenz� a construirse en el a�o 1727, ubicado en la intersecci�n de las calles Reconquista y Per�n, m�s de veinte mesas fueron dispuestas en el sitio habitual de los bancos de madera, adornadas a la usanza de estas fiestas. Unas 50 personas, entre voluntarios de la parroquia y del movimiento San Egidio, que congrega a laicos que trabajan en villas miseria y vecindarios pobres de esta Capital, se prodigaron en la tarea de servir las mesas y atender a los comensales. De distintos barrios Hab�a homres y mujeres de todas las edades. Llegaron, principalmente, de los barrios de La Boca, Barracas y Chacarita. Ven�an de un hogar de ancianos, de una villa de emergencia, de caser�os sin comodidades y con hacinamiento, de la calle. Hab�a madres que acudieron al convite con cinco, siete hijos, con una decena de familiares, entre quienes se contaban hermanos, padres o sobrinos. Hab�a, entre ellos, desocupados y trabajadores a destajo, abuelos, y decenas de ni�os de todas las edades. Andrea Poretti, de la Comunidad San Egidio, coment� que los invitados fueron trasladados en �mnibus, dadas las distancias. El men� fue variado. Los alimentos para el primer plato fueron donados por el restaurante Filo. Los voluntarios se ocuparon de proveer el segundo plato (pollo, lech�n y ensaladas), el postre y las confituras navide�as. Monse�or Guasta reflexion� sobre el significado de la Navidad con estas palabras: "Todo lo que sucede en la Navidad es muy profundo y secreto. El nacimiento de Jes�s es algo que s�lo algunos ojos fueron capaces de ver y aprender. El anuncio tambi�n se hizo a otros marginados, como fueron los pastores. El Ni�o que nace hoy es tambi�n el de la cruz y la resurrecci�n. Es la vida nueva". Entre los humildes que almorzaron ayer en la Merced, Aulea Rosa, una anciana de 75 a�os que lleg� desde La Boca, dijo que se sent�a "muy contenta y agradecida ". A su lado, Francisco, de 81 y en silla de ruedas, coment�: "Nunca hab�a estado en una Navidad como �sta". Petrona, de 39 a�os, lleg� de Barracas con su hermana y sus cinco hijos: "Esto es muy lindo. Est� muy bien y no lo esper�bamos". Tambi�n Betty, de 38, lleg� con los 12 integrantes de su familia desde la Villa 21: "Nos gusta compartir con todos". Jorge, de 57 a�os, vive hace dos meses en la calle y no tiene trabajo:"Estoy muy contento". Supo ser pe�n de alba�il. Otro Jorge, de 42, actualmente desocupado, estuvo con sus tres hijos: "Esto es una ense�anza de armon�a y humanidad". Al final de la comida, y tras el brindis con sidra, hubo un pesebre viviente y Pap� Noel lleg� con regalos para todos: ropa y juguetes.
Susana Reinoso
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