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15/05/2001 |
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ANDREA RICCARDI - FUNDADOR DE LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO |
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Dice que de sus amigos de Mozambique aprendi� la siguiente m�xima: 'Por m�s pobre que uno sea, siempre queda alguien m�s pobre al que ayudar'. Andrea Riccardi (Roma, 1950), fundador de la comunidad italiana de San Egidio, dedicada a a la ayuda a los m�s necesitados, recibe esta tarde en la Generalitat el Premio Internacional Catalunya, dotado con 80.000 euros (14,6 millones de pesetas). Riccardi fund� San Egidio, al que hoy pertenecen 40.000 personas que trabajan en cerca de 60 pa�ses, en 1968, cuando contaba 18 a�os. 'Eran tiempos de gran efervescencia en los medios estudiantiles, de necesidad de cambiar el mundo, bajo el impulso adem�s, en nuestra calidad de creyentes, del Concilio Vaticano II, clausurado en 1965. La solidaridad naci� de la propia experiencia, del gusto por ir al encuentro de realidades diferentes. Fue as� como un grupo de estudiantes nos pusimos a ayudar a ni�os y ancianos de las afueras de Roma'. El local en el que concentraron sus actividades fue un viejo convento de carmelitas en el popular barrio de Trastevere, un edificio abandonado que pertenec�a al Estado y que Riccardi y su gente simplemente ocuparon. La inspiraci�n del Evangelio, una decidida voluntad de di�logo y el deseo de llevar ayuda all� donde se necesita fueron los acicates de este grupo de laicos desde el primer d�a. 'Andando el tiempo, de la periferia romana pasamos a la perferia europea en la d�cada de los ochenta [Hungr�a, Checoslovaquia, Albania, m�s recientemente Kosovo...], y de all�, en los noventa, a la periferia africana'. San Egidio lleva actualmente a cabo un programa contra el sida en Mozambique y est� presente, entre otros pa�ses, en Burundi, Sud�n y Guinea-Bissau, donde mantiene un hospital. Pero los or�genes romanos subsisten: en Via Dandolo, en la capital italiana, sigue abierto un comedor que sirve cada d�a unas 1.000 'sopas populares'. Preguntado sobre c�mo ha visto evolucionar la solidaridad en todos estos a�os de actividad, Riccardi manifiesta: 'Cuando empezamos, la cr�tica que nos hac�a la izquierda era que nuestra pr�ctica solidaria retrasaba la llegada de la revoluci�n, mientras que la derecha nos acusaba de no ser suficientemente asistencialistas. El Estado de bienestar quiso hacer creer que la solidaridad era algo superfluo, pues los gobiernos iban a ser suficientes para satisfacer las necesidades de la gente. Pero hoy existe otro riesgo: que la solidaridad se transforme en profesi�n, que se convierta en un negocio. Para nosotros el trabajo voluntario de dedicaci�n a los dem�s es imprescindible. No me considero buenista, sino simplemente realista'. Una de las tareas de San Egidio que m�s reconocimiento p�blico han tenido ha sido la mediaci�n internacional en conflictos, actividad que le valido el t�tulo oficioso de 'la ONU de Trastevere'. Esa vocaci�n vio la luz en �frica. Corr�a el a�o 1992, en Mozambique, la guerra entre el Frelimo, el partido en el poder, y la guerrilla del Renamo hab�a dejado un rastro siniestro de un mill�n de cad�veres. Las negociaciones entre las dos partes para acabar la matanza tuvieron lugar en la sede romana de la organizaci�n. Al final, estall� la paz.
AGUST� FANCELLI
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