Comunità di S.Egidio


 

16/05/2001


Posconciliares

 

Ya no est� de moda, pero ayer por la tarde el Sal� de Sant Jordi del Palau de la Generalitat recuper� los aires del Concilio Vaticano II para entender el embrollo de la globalizaci�n y el choque de civilizaciones. Pujol es un pol�tico y un transe�nte que resultar�a dif�cil de entender sin aquella revoluci�n que experiment� la Iglesia en los mitificados a�os sesenta. As� que al president le encant� tener como invitado a Andrea Riccardi, que recibi� el XIII Premi Internacional Catalunya como fundador -en el convulso 1968- de la comunidad de San Egidio. En primera fila, el cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, junto a Marta Ferrusola, escuchaba c�mo Pujol y el ilustre romano iban buscando argumentos para el futuro en el arca de la d�cada prodigiosa y algo m�s atr�s: Luther King, Croce, Ghandi, Mandela, Martini, Bernard-Henry Levy. Pujol no renunci� a incorporar a esta lista de grandes, en tono personal y anecd�tico, a Tiberio Mitri, boxeador recientemente fallecido que, en su vejez, fue cuidado por los voluntarios de la comunidad de San Egidio. Al final, incluso sali� mentado Jake LaMotta. La memoria es gamberra.

Di�logo fue la palabra m�s repetida por Riccardi, que habl� un italiano tan claro que sonaba al catal�n que el Papa a�n no ha usado oficialmente. Pujol recogi� el asunto y, mirando a Euskadi, insisti� en que "se debe ser muy valiente para dialogar". Despu�s, en el Pati dels Tarongers, s�lo faltaron las guitarras.

FRANCESC-MARC �LVARO