Comunità di S.Egidio


 

03/09/01

ANDREA RICCARDI FUNDADOR DE LA COMUNIDAD DE SAN EGIDIO
'La �nica salida de las religiones es educar para la paz y la convivencia'

 

Barcelona

Cosecha de 1968. Andrea Riccardi (Roma, 1950) pertenece a ella sin disimulos, en el aspecto tanto como en la vocaci�n. Ese a�o de grandes efervescencias en toda Europa, �l y otros estudiantes de clase media okuparon una parroquia abandonada de Trastevere, dedicada a San Egidio y la convirtieron en su centro de operaciones para ayudar a los ancianos y ni�os pobres de los barrios perif�ricos romanos.

Hoy, ese movimiento de cat�licos laicos agrupa a cerca de 40.000 personas en 60 pa�ses e influye muy directamente en el Vaticano. En 1986 organiz� en As�s una jornada mundial de oraci�n ecum�nica que presidi� Juan Pablo II. Desde entonces celebra cada a�o encuentros interreligiosos. Barcelona acoge desde ayer hasta ma�ana el decimoquinto, al que se han inscrito casi 5.000 personas.

Pregunta. Las fronteras del di�logo es el t�tulo de estas jornadas en Barcelona. �No hay cierta contradicci�n en el enunciado? �No son las fronteras, precisamente, un obst�culo para el di�logo?

Respuesta. Nosotros queremos decir en este encuentro que el di�logo contin�a, a pesar de las fronteras. El di�logo se instala siempre en la dial�ctica entre la concordia y la discordia.

P. Di�logo tambi�n entre religiones: �no son las religiones otro obst�culo para ese di�logo, como se demuestra en Oriente Pr�ximo o en los Balcanes?

R. Es cierto que parece que estamos llegando a un punto de divorcio sin retorno. Pero estoy convencido de que nuestro destino no puede ser otro que la convivencia. Todos nos descubrimos plurales. Espa�a es plural, como lo es Italia, que ahora precisamente ha abierto el debate del federalismo, cosa que no hab�a hecho nunca antes. La pureza �tnica no existe. A las religiones no le queda m�s salida que educar para la paz y la convivencia.

P. Hist�ricamente no parece que esa haya sido su gran vocaci�n.

R. Est� claro que no, y nuestro encuentro no tiene por objeto decir que las religiones son buenas y que la culpa es de los no creyentes. Es cierto que hay diferencias innegables en las maneras de orar y en las ideas de Dios y de la salvaci�n. Pero Juan XXIII ya dijo: 'Busquemos lo que nos une, dejemos de lado lo que nos separa'. Todas las religiones tienen en el fondo la idea de la paz. Se trata de buscar ese encuentro, lejos del mito iluminista de las religiones unificadas, si es que lo so�amos alguna vez.

P. No obstante, con el islam este encuentro hoy por hoy parece complicado.

R. En el islam se da una relaci�n muy fuerte entre religi�n y Estado. Despu�s del Concilio Vaticano II se abri� la ilusi�n en el mundo cat�lico de la apertura y se pens� que nuestros tiempos occidentales pod�an aplicarse a los dem�s. Eso ha sido una falacia. El islam ha vivido en la d�cada de 1970 la recuperaci�n de la identidad y el orgullo, encarnados por Jomeini, pero antes hab�a conocido el fracaso del panarabismo nasseriano y ahora se halla en plena crisis con Israel y el mundo occidental.

P. Religiones aparte, �no le parece que hay una falta grave de piedad en el mundo occidental? Los inmigrantes desalojados de las plazas de nuestras ciudades, los afganos del Tampa sin encontrar acogida...

R. La piedad forma parte de la mejor tradici�n cristiana y creo que de todas las religiones. Y forma parte tambi�n de nuestra tradici�n europea en contraposici�n con Estados Unidos. Piedad es respeto del hombre, del individuo. Pero es verdad que episodios como los que cita demuestran que no la ejercemos como deber�amos, al margen de las pol�ticas de inmigraci�n que deber�an ser una cuesti�n abordada por Europa en su conjunto.

P. Pero Europa ha construido un discurso m�s economicista que humanista.

R. Si me permite la paradoja: �a�n no hemos entendido que el humanismo es tambi�n un valor econ�mico? Los europeos hemos perdido el orgullo de ser europeos. El cardenal Martini habl� una vez del orgullo de Jes�s. Me choc�, porque Jes�s encarna el mito del humilde de coraz�n... 'S�', dec�a �l, 'pero adem�s ten�a el orgullo de una misi�n que cumplir'. No quiero decir que Europa sea Jes�s. M�s bien al contrario: estamos asustados ante este mundo grande, y eso nos conduce a nuevos fundamentalismos.

P. La comunidad de San Egidio ha realizado teareas de mediaci�n internacional en conflictos, tanto que le ha valido el t�tulo de la ONU de Trastevere. Mediaron entre el Frelimo y el Renamo en Mozambique, en 1992; en Argelia, en 1994. Y se ha dicho que en 1998 fueron propuestos como interlocutores de ETA.

R. Es cierto que se habl� de eso. Mire, nuestra comunidad tambi�n est� presente en Espa�a y especialmente en Catalu�a [cuenta con dos centros, en Barcelona y Terrassa, y unos 200 voluntarios]. Pero en Europa las �nicas veces en las que hemos sido llamados para mediar ha sido en Albania y en Kossovo, con un solo cometido: abrir espacios democr�ticos para que pudiera fructificar el di�logo.

AGUST� FANCELLI