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03/09/01 |
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Barcelona La existencia en Espa�a de un problema de terrorismo de ra�z pol�tica no pod�a pasar por alto en un encuentro dedicado a la b�squeda de la paz en el que participan mediadores curtidos en duros conflictos. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu�, se refiri� directamente a �l en la solemne sesi�n de apertura del encuentro Las fronteras del di�logo, celebrado ayer por la tarde en el Teatro del Liceo. Lo hizo para recordar, ante los cardenales Roger Etchegaray y Ricard Maria Carles, que las Iglesias tienen 'el sagrado deber' de favorecer el di�logo, pero tambi�n 'el de no callar' ante el terrorismo. Aunque tambi�n el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, hizo una alusi�n al terrorismo en Espa�a, calific�ndolo como pervivencia de una 'excepci�n' en la restauraci�n de la democracia, el conflicto al que los oradores se refirieron m�s fue al de Oriente Pr�ximo. En un extremo de la larga mesa presidencial se sent� el gran rabino de Jerusal�n, Israel Meir Lau; en el otro extremo, el te�logo musulm�n de la universidad marroqu� de Rabat, Mohamed Amine Smaili. El rabino cosech� una fuerte ovaci�n al afirmar que 'es la hora de hablar, de dar la mano; es la hora de m�s hermandad'. La ovaci�n se repiti� cuando el te�logo musulm�n reclam� que la religi�n 'ya no deber�a proteger a los guerreros ni ser usada para la destrucci�n', sino atender a su primer deber, que es el fomento 'de la paz y el bienestar' de los humanos. El reto de Jerusal�n M�s all� de las expresiones de buena voluntad, las intervenciones de Jean Daniel, director de Le Nouvel Observateur, y del presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbabo, pusieron el acento en los reiterados fracasos en la b�squeda de la paz, y no s�lo en el conflicto �rabe-israel�. Tambi�n en Timor, en Sud�n, en Chechenia, record� Daniel. 'Si en Jerusal�n las tres religiones monote�stas no consiguen poner por delante la fraternidad humana', dijo, '�c�mo hablar de paz, de respeto al otro?'. El fundador de la comunidad de San Egidio, el historiador de la Iglesia Andrea Riccardi, reclam� 'la renegociaci�n de un nuevo pacto entre Europa y �frica para el siglo XXI'. Dijo que no es s�lo una demanda africana, sino tambi�n de los desheredados de todo el mundo, incluidos parad�jicamente los de los pa�ses ricos, en favor 'de un pensamiento, una pol�tica y una solidaridad que no excluyan sistem�ticamente'. Riccardi sostuvo que el di�logo ha de llevar a un futuro en el que los hombres 'no se matar�n en nombre de Dios y no invocar�n el nombre de Dios para santificar sus odios'.
Enric Company
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