Comunità di S.Egidio


 

20/12/2001


Presentaci�n en Bilbao de la Comunidad de San Egidio
Con el t�tulo de �Amigos de los pobres, abiertos al mundo� Paola Starocci, casada y madre de familia, present� el 25 de octubre la Comunidad de San Egidio.

 

Lo hizo en una conferencia que imparti� en la Universidad de Deusto. Como miembro de esta Comunidad ofreci� el testimonio de la vida que llevan las diversas Comunidades de San Egidio, es decir la espiritualidad que promueven entre sus miembros (m�s de 40.000 en 60 pa�ses) y ofrecen a quienes se acercan a ellas.


Ancianos, pobres...

Paola insisti� desde el principio en que no parten de esquemas preconcebidos, sino que intentan practicar una libertad entendida desde el Evangelio. M�s que activistas cristianos, pretenden ser disc�pulos. La fe, el coraje y el amor han de nacer de la escucha del Maestro.

Lo suyo no es un voluntariado ni una ONG, sino una comunidad abierta a la historia en la escucha del Evangelio y en compa��a de los pobres. Lo importante es �pararse�, como el buen Samaritano, ante los hombres medio muertos que pueblan nuestras ciudades: marginados, ancianos, desempleados, inmigrantes, solos, sid�ticos, gitanos...

Los ancianos son el problema del futuro en Europa. Nuestra sociedad est� enviando este mensaje: �es mejor morir que volverse no autosuficiente�, aunque, parad�jicamente, desde el punto de vista biol�gico ofrece m�s a�os de vida que nunca. El anciano es la contradicci�n viva de nuestra sociedad.

Ayudar a los pobres no est� de moda. San Egidio intenta hacerlo por la amistad, que tambi�n es una palabra gastada. No quieren practicar una simple asistencia desde cierto sentimiento de superioridad.

Para decirlo con una frase del Cardenal Martini, que ha participado tambi�n en su oraci�n y en su servicio a los pobres, quieren ser como �la Iglesia que empieza de nuevo desde el principio�.


Desorden ordenado

Constituyen una comunidad de laicos, en la que cada uno tiene su vida particular (familiar, profesional) con una pobreza radical que es la falta de tiempo. E intentan formar escuelas del Evangelio en las que aprender a abrirse a los dem�s, sobre todo a los pobres. As� surgen iniciativas espont�neas, desde la fe en una cultura de la solidaridad. Lo importante es empezar a hablar con la gente y no venir imponiendo soluciones o recetas desde arriba.

No tienen reglas. La medida de la generosidad es algo personal. Algunos se limitan a escuchar. Otros preguntan: �Qu� puedo hacer? Yo s�lo puedo venir una vez al mes�. Cada uno aporta la ayuda que puede. Hay un verdadero ej�rcito de colaboradores. Lo importante es hacerlo voluntariamente y a gusto. El resultado es un desorden ordenado.

La Palabra de Dios y los pobres son los dos pilares de su espiritualidad, intentando evitar el orgullo por la propia identidad. Aprender a vivir con una herida en el coraz�n, con una pregunta: �Yo que puedo hacer? Siempre es posible hacer algo. Vivir de esta manera nos vuelve m�s humanos. Aprender tambi�n la fuerza d�bil de la oraci�n.


Mucho por explorar

La comunidad de San Egidio organiza cada a�o encuentros interreligiosos sobre el modelo del primero presidido por Juan Pablo II en As�s y desde una vivencia profunda de la fe de cada participante, sin ceder al sincretismo.

El trabajar por la paz y la facilitaci�n de acuerdos de paz tiene la misma ra�z que el trabajo a favor de los pobres. La paz no es un manifiesto: es posible si cambia el coraz�n de los hombres. Si muchos pueden hacer la guerra, muchos pueden tambi�n hacer la paz.

Es necesario aprender a vivir en un mundo plural. Debemos desarrollar nuestra sensibilidad hacia el otro. Ello nos permitir� hablar con los dem�s y construir puentes, no muros, entre las diversas culturas. Y, en lugar de debilitarse nuestra propia identidad nos hace m�s conscientes de ella.

El cristianismo no ha hecho m�s que empezar. Queda a�n mucho Evangelio por explorar. Tenemos que vivir con un sue�o. Hoy se sue�a muy poco.

Preguntada en particular si era su intenci�n instalarse en tierra vasca, Paola Starocci contest� que tales proyectos son contrarios a su manera de proceder: las diversas comunidades nacen desde abajo, por iniciativa de un grupo local deseoso de revivir esa experiencia en un contexto determinado.

Juan Antonio Irazabal