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14/09/2003 |
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Aunque uno de los buenos prop�sitos de la juventud contestataria de Mayo franc�s era llevar la imaginaci�n al poder, posiblemente R�gis Debray nunca imagin�, sobre todo cuando avanzaba por la selva boliviana junto a Ernesto �Che� Guevara, que un d�a ser�a un brillante defensor de la cultura religiosa. Posiblemente tampoco lo imaginaban los estudiantes de la Escola de Periodisme de l'Esgl�sia de Barcelona �iniciativa cat�lica de grato recuerdo entre los profesionales de la informaci�n� que en 1968 adoptaron el t�tulo de �promoci�n Debray�, en honor del joven revolucionario franc�s que con los a�os se convertir�a en uno de los pensadores de referencia de la izquierda europea. Pero los caminos de la Raz�n son, en ocasiones, tan inescrutables como los del Se�or. Bastaba ver el brillo en la mirada de los dignatarios de casi todas las confesiones religiosas reunidas a principios de semana en Aquisgr�n (Alemania), tras escuchar la brillante pieza oratoria de Debray en la sesi�n de apertura del encuentro anual de la Comunidad de San Egidio. Quiz� sea este el p�rrafo m�s sobresaliente de su intervenci�n: �La pol�tica se halla hoy ante sus l�mites. Los pol�ticos se han convertido en gestores. Quiz� no deber�amos criticarles excesivamente por ello, porque tambi�n se necesitan gestores. Pero los pol�ticos�gestores no pueden o no se atreven muchas veces a contar la verdad, a exponer a la sociedad la realidad profunda de los problemas. Ustedes, en cambio , no deben concurrir a las elecciones porque ya han sido elegidos, no deben presidir consejos de ministros, ni comit�s, ni est�n obligados a tomar decisiones de cuyo acierto pueden depender miles de puestos de trabajo o la firma de contratos econ�micos millonarios; ustedes no tienen la �potestas�, pero s� la �autoritas� para interpelar a la sociedad, para sacudir las conciencias y alentar una nueva �tica universal. Seguramente es dif�cil ser prof�tico, pero mucho m�s dif�cil fue hace dos mil a�os�. Invitado expresamente por Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, el ex asesor de Fran�ois Mitterrand se halla en la actualidad al frente de una iniciativa llamada a reformular el per�metro de la cultura laica en Francia. Debray es director de un centro de estudios que ha de sentar las bases para la introducci�n en la escuela p�blica de una asignatura de cultura religiosa impartida por profesores no confesionales. �Nuestro encargo es conseguir que la escuela francesa deje de producir �laicos ignorantes� y pase a formar �laicos inteligentes��, explic� en uno de los debates m�s seguidos por el p�blico. Autor reciente de los ensayos �Dieu, un itin�raire� y �Le feu sacr� (ambos todav�a no traducidos en Espa�a), Debray defiende la ense�anza de la cultura religiosa como una prolongaci�n de los saberes fundamentales. El proyecto se inscribe en el debate que tiene lugar en Francia sobre el concepto de laicidad, al que se sumar� la Conferencia Episcopal Francesa con una sesi�n monogr�fica prevista para noviembre en Lourdes. En el encuentro de San Egidio, concluido el martes con una ceremonia interreligiosa por la paz en la antigua capital carolongia, ha destacado tambi�n la participaci�n del metropolitano Kyrill, segunda autoridad del patriarcado ortodoxo de Mosc�, que parece querer recomponer el di�logo con el Vaticano. Con la excepci�n del arzobispo de Tarragona, Llu�s Mart�nez Sistach, y del obispo auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, la presencia del catolicismo espa�ol en el foro de San Egidio, consagrado desde 1987 como un aut�ntico punto de referencia internacional, ha vuelto a ser casi inapreciable.
Enric Juliana
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