Comunità di S.Egidio


 

13/11/2003


Un fracaso de la "f�rmula italiana"

 

La matanza de dieciocho militares italianos se enmarca en la violencia que ha alcanzado a las fuerzas internacionales destacadas en Iraq, ante todo a las norteamericanas. No se trata �nicamente de un episodio doloroso que afecta y conmueve a la opini�n p�blica italiana. Es un s�ntoma verdaderamente preocupante de una situaci�n pol�tica y b�lica que no ofrece visos de estabilizarse.

Las tropas italianas muestran en su haber una trayectoria notablemente singular relativa a su presencia en iniciativas y operaciones de paz. Es una tradici�n consolidada cuya primera manifestaci�n pudo advertirse claramente en el L�bano de los a�os ochenta. En aquella ocasi�n, en una situaci�n inflamada y amenazadora, las tropas italianas mostraron su talento y aptitud para entablar s�lidas relaciones con la poblaci�n, en especial con los palestinos y los chi�es libaneses. El hospital de campa�a italiano (accesible a la poblaci�n) era la expresi�n concreta de esta colaboraci�n que de hecho represent� una aut�ntica protecci�n en el caso de los soldados italianos en el pa�s, quienes no resultaron alcanzados por la violencia que se abati� sobre sus colegas occidentales.

La visi�n italiana de las cuestiones que abordo en estas l�neas se fue consolidando gradualmente en los a�os noventa, en una serie de intervenciones entre las que podr�amos citar las de Somalia, Mozambique, Albania, Kosovo, Bosnia. En Somalia se registr� un conflicto entre italianos y norteamericanos, quienes planteaban la necesidad de una intervenci�n de mayor acometida sobre el terreno, complicado y belicoso, que caracterizaba la actuaci�n de las bandas somal�es. Desde el punto de vista de los italianos, la operaci�n �Restore hope� (recuperar la esperanza) precisaba meramente, para progresar con garant�as de �xito, la puesta en pr�ctica de una pol�tica de comunicaci�n humana y pacificaci�n caracterizada por una gran sagacidad y perspicacia, susceptible por tanto de prevenir los ataques y de crear un consenso relativo a las operaciones militares. El fracaso de las operaciones en Somalia reafirm� el punto de vista de los italianos sobre la necesidad de iniciativas prudentes, sobre todo trat�ndose de situaciones con adversarios armados en varios frentes, fragmentados y enfrentados entre s�.

En Albania, Italia empe�� tal vez su esfuerzo mayor de pacificaci�n, especialmente entre una poblaci�n que, desde el final del comunismo, ha podido acceder a la tenencia y empleo de armas. Incluso a juicio de los aliados, la actuaci�n italiana en Albania consolid� las fr�giles instituciones nacionales y ech� los cimientos de una pacificaci�n en el seno de una sociedad que experimentaba en sus carnes la �bipolaridad del odio�. Una presencia que contaba con protecci�n militar se acompa�� a la saz�n de la puesta en marcha de redes sociales que subrayaron el hecho de que la acci�n militar no concluye en el plano de la represi�n, sino que se manifiesta tambi�n mediante la solidaridad y la pacificaci�n. Circunstancia acaecida, asimismo, en Kosovo.

En Iraq, la �f�rmula italiana� no ha funcionado �Casualidad? �Menor papel de las fuerzas italianas? Pueden aducirse diversas explicaciones al respecto mientras se aguarda el resultado de una investigaci�n a fondo. Sin embargo, se impone una constataci�n: la profundidad de la crisis iraqu� es tal y se registra un tr�fico de armas de tal envergadura e intensidad que resultan consecuentemente inadecuados los recursos habituales de pacificaci�n, a�n los de eficacia m�s demostrada. �Se est� convirtiendo Iraq en una nueva y m�s tr�gica Somalia? Indudablemente, la sociedad iraqu� se encuentra profundamente desestructurada en tanto Saddam Hussein sigue con vida y el terrorismo de Al Qaeda tiene puesto el punto de mira en el pa�s. Sin duda los iraqu�es no han respondido �como se cre�a que lo har�an� a la intervenci�n occidental: han podido comprobarse fehacientemente sus divisiones internas, malavenencias y abatimiento, factores todos ellos resultantes de una historia dolorosa que les ha afligido extremadamente como la del dictador Saddam Hussein. Adem�s, el pa�s posee una dif�cil orograf�a.

Iraq es un pa�s dif�cil y dividido. No resulta f�cil su pacificaci�n.. Tal vez es menester trazar un nuevo y amplio proyecto pol�tico a cuya concepci�n, desarrollo y aplicaci�n se invite, junto a los occidentales, a los �rabes y musulmanes.

Andrea Riccardi