Comunità di S.Egidio


 

01/01/2004


Mensaje del Papa a favor de la paz ante una multitud
Dese� "un feliz A�o Nuevo" a todos los presentes y en varios idiomas.

 

Desde la ventana de su estudio y frente a unos 30 mil peregrinos reunidos en la Plaza San Pedro, el papa Juan Pablo II dedic� ayer el discurso del Angelus a la paz, a la que calific� como "un don de Dios" que requiere de "la contribuci�n de todos".

Con el augurio de que "el Se�or conceda la paz a todos los pueblos", el Pont�fice dese� "un feliz A�o Nuevo" a todos los presentes, a quienes salud� en espa�ol, franc�s, ingl�s, alem�n y polaco, adem�s de italiano.

Tambi�n le pidi� a la Virgen que ayude a los cat�licos y a los hombres de buena voluntad a hacerse "testigos y constructores de dicha paz", "un don celeste y una cotidiana conquista de quienes aprecian el bien com�n".

En la misma ceremonia, Karol Wojtila agradeci� al presidente italiano, Carlo Ciampi, el mensaje de buenos augurios que �ste le hab�a enviado. Dijo: "Env�o mi plegaria por su alto servicio e invoco sobre �l y sobre el amado pueblo italiano paz y prosperidad".

Tambi�n record� a monse�or Michael Courtney, asesinado el lunes pasado en Burundi donde se desempe�aba como nuncio apost�lico.

"Muri� mientras trabajaba en favor del di�logo y la reconciliaci�n", fueron las palabras del Pont�fice.

Al t�rmino del Angelus, Wojtila salud� a los miles de participantes que durante la ma�ana hab�an recorrido las calles de Roma en la marcha de la paz convocada por la comunidad de Sant'Egidio, que hab�a organizado manifestaciones en 200 ciudades del planeta con motivo de la Jornada Mundial de la Paz.

Misa en la Bas�lica

Antes del discurso que dio desde su ventana, el Papa presidi� una misa en la Bas�lica de San Pedro. All� inst� a los l�deres mundiales a dise�ar un nuevo orden internacional basado en la experiencia de estos a�os de las Naciones Unidas.

El Papa, que apareci� con mejor aspecto f�sico que el mi�rcoles durante el ted�um, ley� entera la homil�a, aunque mostr� ciertas dificultades de dicci�n debidas a la rigidez de sus m�sculos faciales provocada por el mal de Parkinson.

Ante seis mil personas y los embajadores del cuerpo diplom�tico acreditado ante la Santa Sede, el Papa sostuvo: "Se siente la necesidad de un orden que sea capaz de dar a los problemas de hoy soluciones adecuadas, fundadas en la dignidad de la persona humana, en un desarrollo integral de la sociedad, en la solidaridad entre pa�ses ricos y pobres, en el compartir los recursos y los extraordinarios resultados del progreso cient�fico y t�cnico."