El papa Juan Pablo II inst� hoy a los l�deres mundiales a "construir juntos los caminos de la paz", as� como un nuevo orden internacional en base a la experiencia de la ONU.
En la primera solemne ceremonia del A�o Nuevo en la Bas�lica de San Pedro, el Pont�fice presidi� una misa en ocasi�n de la Jornada Mundial de la Paz que, este a�o, est� dedicada a la educaci�n para la paz.
Frente a "las situaciones de injusticia y violencia que oprimen a muchas zonas del globo", frente a tantas guerras, muchas veces olvidadas que ensangrientan a la tierra, "se hace cada vez m�s necesario construir juntos caminos para la paz, es indispensable educar para la paz", afirm� el Papa.
"Es imprescindible un nuevo orden internacional", basado en la experiencia y en los resultados obtenidos en estos a�os por la Organizaci�n de las Naciones Unidas, dijo Juan Pablo II.
Se siente la necesidad de un orden que "sea capaz de dar a los problemas de hoy soluciones adecuadas, fundadas en la dignidad de la persona humana, en un desarrollo integral de la sociedad, en la solidaridad entre pa�ses ricos y pobres, en compartir los recursos y en los extraordinarios resultados del progreso cient�fico y t�cnico", precis�.
El Pont�fice, tras recordar que "la paz es posible, que es un deber", hizo su llamado por un nuevo orden mundial ante los embajadores del cuerpo diplom�tico acreditado ante la Santa Sede, presentes en la Bas�lica, donde hab�a adem�s unos 6.000 fieles.
Karol Wojtyla, que apareci� con mejor aspecto f�sico que ayer durante el Te deum, ley� entera la homil�a, aunque mostr� ciertas dificultades de dicci�n debidas a la rigidez de sus m�sculos faciales provocada por el mal de Parkinson.
Adem�s asisti� arrodillado a los ritos de la consagraci�n oficiados por el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano y por el presidente de la Comisi�n Justicia y Paz, Renato Martino.
En la Jornada Mundial de la Paz, el Papa record� al mundo que es urgente y necesario formar las conciencias en la cultura de la paz, sin dejarse desalentar, sin ceder "a la tentaci�n de la desconfianza", incluso en zonas donde las condiciones parecen "dram�ticas" como en Medio Oriente.
Juan Pablo II quiso hoy poner en evidencia que "cada vez se advierte m�s la necesidad de un nuevo orden internacional, un orden que ayude a construir "la civilizaci�n del amor, que es la �nica que puede llevar a una paz aut�ntica y duradera".
"Que 2004 sea para todos un a�o de prosperidad y de paz", dijo el Pont�fice al comenzar la homil�a dando gracias a Dios por "este nuevo a�o".
En el d�a de Mar�a, Wojtyla reiter� el contenido de su mensaje por la paz del 16 de diciembre, mensaje que tuvo eco en las oraciones de los fieles le�das en distintos idiomas, del ruso al swahili y al �rabe.
"Paz en la tierra a los hombres que Dios ama", declam� un joven �rabe, citando el evangelio de San Lucas.
Una oraci�n en la que se pidi� a los jefes de las distintas naciones que se movilicen para evitar el uso de la fuerza.
En la Jornada Mundial de la Paz, el Papa manifest� su seria preocupaci�n por Medio Oriente, la "tierra donde naci� Jes�s" que "sigue viviendo una situaci�n dram�tica".
Pensando en otros focos de violencia que existen en el mundo, Juan Pablo II dijo que "es necesario perseverar sin ceder en la tentaci�n de la desconfianza".
"Es necesario un esfuerzo de todos, para que sean respetados los derechos fundamentales de las personas a trav�s de una constante educaci�n en la legalidad".
Con tal fin, agreg� Wojtyla, hay que superar la l�gica de la simple justicia y abrirse tambi�n a la del perd�n: "No hay paz sin perd�n", record�.
M�s tarde, el Papa invit� a todos a contribuir a la paz, en su oraci�n del Angelus en plaza San Pedro ante la presencia de unos 30 mil peregrinos.
"Cada uno debe dar su contribuci�n" a la paz, que es un don de Dios, afirm� Juan Pablo II desde la ventana de su estudio, afirmando que todos deben asumir esta responsabilidad.
Entre los presentes en la plaza se contaban numerosos fieles de la Comunidad de Sant�Egidio, que organiz� manifestaciones en 200 ciudades del mundo para la Jornada de la Paz.
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