La Comunidad de San Egidio, Italia, funda la promoci�n de la paz en ra�ces comunes de diversos credos religiosos. No pueden no coincidir en algo los diversos credos; pues todos los humanos somos imagen de Dios. Extraigo de su Llamamiento a la paz, de su encuentro de Hombres y religiones ideas que iluminan la realidad actual.
La palabra di�logo es frecuentemente manoseada o por afanes impositivos o por el pacifismo, que ocultan perezas en pensar y cobard�as en defender.
Algunos fundamentan en las palabras de Jes�s �mostrar la otra mejilla�, sacadas de la cultura semita, el pacifismo y la pasividad.
Olvidan que, de acuerdo a Jes�s, paz y justicia son inseparables.
Juan Pablo II se�ala la necesidad ineludible de la globalizaci�n de la solidaridad; esta globalizaci�n dar� sustento a otras globalizaciones: las de la comunicaci�n, de la econom�a, de la cultura. Alejados de la resignaci�n pasiva, denunciaron en el citado encuentro como antihumanos: el sida, el hambre, la guerra, el terrorismo. Al tiempo que dijeron que �Dios mismo indica hoy el di�logo como un camino�, observaron que se requiere valent�a para recorrerlo.
Hay dos corrientes antihumanas y, por lo mismo anticristianas: la de los que invocan a Dios para legitimar la guerra de invasi�n en curso, y la de los que matan, ofreciendo su vida a Dios, en una nueva forma de terror.
La fe cristiana ha superado esa etapa del camino hacia la humanizaci�n en que quitar �ojo por ojo� limitaba la venganza. El credo cristiano y otros credos proponen el camino del di�logo, en el que cada uno va descubriendo sus propios l�mites y la parte de raz�n y de bien que tiene el adversario.
Quien, como primera medida, recurre a formas de violencia, muestra que est� vanidosamente encerrado en s� mismo y que es incapaz de ver los diversos elementos de la realidad, que le rodea.
�Quien usa la violencia �tambi�n la verbal� desacredita su propia causa�. Es f�cil descubrir en el �Llamamiento� una referencia a la escalada de violencia en curso en Tierra Santa, fruto del alejamiento del esp�ritu del Evangelio y del Islam: �Quien cree que solo una violencia m�s grande es la respuesta al da�o sufrido, no ve las monta�as de odio que contribuye a crear y que pesan tambi�n en las generaciones de sus hijos. Un mundo sin guerra y sin terror es posible�.
La violencia es un fracaso para todos. La fe fundamenta de manera sagrada el valor de la persona, principio y finalidad de la sociedad. Solo mediante el di�logo, la fuerza de la raz�n construye y mantiene una sociedad para todos. El di�logo permite vivir juntos creativamente. El di�logo no deja indefensos: protege.
Para vivir en di�logo y llegar a puntos de encuentro, hay que ser activos y creativos. La fe, que mueve a empe�arnos en la humanizaci�n para honrar a Dios, ayuda a descubrir lo mejor del otro y a apoyarse en lo mejor de cada uno.
Jos� Mario Ruiz Navas
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