Comunità di S.Egidio


 

22/09/2005


San Egidio 2005

 

Este a�o ha sido Lyon la ciudad escogida por la Comunidad de San Egidio. Como siempre �y �ste era el decimonoveno encuentro- se han reunido creyentes de todas las religiones para rezar �y, por lo tanto, comprometerse a fondo- por la paz. El lema era: �Hacer crecer un humanismo de paz�. La gracia de estos encuentros es que, m�s all� de sus ponencias y de sus coloquios, el hecho mismo de encontrarse y el ambiente que se crea ya transmite su mensaje. �Es impresionante comprobar � ha escrito Jean-Dominique Durand- que se puede ser jud�o y musulm�n... y hablarse con confianza.� En esta misma l�nea es tambi�n remarcable que en los encuentros de San Egidio se vinculan siempre amistades personales. Se pasa, as�, de un di�logo interreligioso hecho de ideas a otro m�s vivencial que arraiga en el conocimiento personal y en el cari�o mutuo.

En los �ltimos a�os se han hecho evidentes las nuevas dificultades para la convivencia internacional que derivan del terrorismo. Pocos d�as despu�s del encuentro de Barcelona, de tan grata memoria, nos estremec�a la tragedia del 11-S en Nueva York. Existe un antes y un despu�s de aquella fecha. A partir de entonces, hablar de terrorismo es hablar de otra cosa. Como lo es hablar de paz. El documento de Lyon lo deja ver claramente cuando dice: �La violencia humilla a los hombres y desacredita la causa de quien la utiliza. El mundo est� cansado de vivir con miedo. Las religiones no quieren la violencia, ni la guerra, ni el terrorismo. Lo proclamamos ante todos los hombres. La paz es el nombre de Dios. Dios no quiere la eliminaci�n del otro.�

Las aportaciones al di�logo entre las religiones han sido ricas y sugestivas. El arzobispo de Canterbury, el anglicano Rowan Williams, subraya la necesidad de ser humilde en el di�logo: �Necesito ser sorprendido por mi Dios, y tener ganas de ser sorprendido. � Y Amos Luzzato, presidente de las comunidades jud�as italianas, a�ad�a: �Cada participante en el di�logo tiene que estar dispuesto a recibir algo de los dem�s, algo nuevo y v�lido, con vista a incorporarlo a su acci�n, a su vida, a su pensamiento.� Y acentuaba todav�a m�s la audacia, al afirmar: �Hay que saber abrirse a la dudad, para encontrar, juntos, soluciones.� Por su parte, Imam Seyed Mohammad Mousavi, im�n iran�, dec�a: �Si alguien predica el odio, no puede ser considerado hombre de religi�n. El hombre de religi�n predica la solidaridad entre los pueblos. Los j�venes que se hunden en la oscuridad del terrorismo ignoran la verdadera religi�n, sufren complejos, problemas psicol�gicos. El islam es una religi�n de equilibrio: hay que condenar cualquier forma de extremismo, aunque tambi�n hay que saber distinguir entre los terroristas y el islam; como entre el gobierno israel� y el juda�smo; o entre ciertos cristianos y el cristianismo...� Reconforta escuchar estas reflexiones de la boca de los distintos maestros religiosos, en contraste con tantos confucionismos, con tantas generalizaciones, con tantos prejuicios que nos rodean.

�Ser� As�s la sede del pr�ximo encuentro de San Egidio, el de 2006, vig�simo aniversario de aquel primero que presidi� Juan Pablo II? En cualquier hip�tesis, lo m�s importante es el trabajo de cada d�a. �Que cada uno de nosotros recoja un pedazo del manto del profeta El�as repartido en As�s�, como ha dicho en Lyon el cardenal Roger Etchegaray.

Joan Carrera Planas
Obispo auxiliar de Barcelona