Comunità di S.Egidio


 

22/10/2005


Mateo Zuppi: �Las alambradas nunca pueden ser la respuesta�
Para el padre Zuppi, las barreras no son la soluci�n. Son causa de violencia, porque siempre habr� alguien que quiera tirarlas. �C�mo se puede pensar que se puede vencer el desaf�o de ese continente con un muro m�s fuerte?

 

MADRID. El padre Mateo Zuppi es una de las armas secretas de la Comunidad de San Egidio, la organizaci�n laica cat�lica fundada en Roma por el abogado Andrea Riccardi. Especializada en diplomacia discreta, uno de sus logros m�s celebrados fue el di�logo entre gobierno y guerrilla que llev� la paz a Mozambique tras 16 a�os de guerra civil, y la mediaci�n en el conflicto �tnico y pol�tico en Burundi que acaba de conducir a un gran acuerdo y unas recientes elecciones democr�ticas. Su habilidad para el regate en corto, el encanto personal, la campechan�a, la paciencia y el humor saltan a la vista de este romano nacido hace 50 a�os, uno de esos curas que consigue que los agn�sticos titubeen. Zuppi, que acaba de presentar en Madrid el libro �Dios no tiene miedo�, escrito por Riccardi, considera que el panorama general de �frica es m�s esperanzador que hace una d�cada. Ante la llegada de inmigrantes africanos a las costas de Europa cree que �las alambradas nunca pueden ser la respuesta�.

�Dios no tiene miedo� es para el padre Zuppi, cuyo cargo es el de �responsable de los trabajos por la paz en �frica� en San Egidio, �la respuesta de la comunidad a lo que significa vivir en un mundo que cambia, aceptando el desaf�o de la complejidad, ofreciendo di�logo frente a contraposici�n�. Su filosof�a es �la fuerza d�bil, porque la fuerza del cristiano no es el poder, sino la del di�logo, la compasi�n, la cercan�a hacia los m�s pobres�.

Contra el miedo

Una palabra que acude con frecuencia a los labios del padre Zuppi es el miedo, un miedo a derrotar: �Aunque hay muchas razones para tener miedo, lo que pretendemos es mostrar que se puede vencer el miedo. Pero no encerr�ndote en tu casa o en tu iglesia. Lo que proponemos es no tener miedo de dialogar con el mundo, de adentrarse en su complejidad. Porque el miedo, como se suele decir, es muy mal consejero. Es un error pensar que se puede vencer al miedo huyendo, apagando la televisi�n, o empleando una fuerza que se contraponga a nuestros enemigos. Seguimos pensando que se puede vencer al miedo mediante el di�logo, construyendo puentes: �sa es la �nica y verdadera soluci�n�.

Ante el desgarro de las alambradas de Ceuta y Melilla dice que �la seguridad depende de otra cosa. La seguridad de los muros en realidad se convierte en una prisi�n, en la que puedes sentirte seguro, pero est�s encerrado. En realidad no est�s m�s seguro. La tentaci�n de los muros es constante. El propio Juan Pablo II conden� con toda claridad el muro de Israel y recalc� que precisamos de puentes, no de muros. Ese desaf�o de construir puentes es mucho m�s arriesgado que levantar muros. Pero es el �nico futuro. Las alambradas nunca pueden ser la respuesta. Son causa de violencia, porque siempre habr� alguien que quiera tirarlas. Son tan s�lo la punta de un iceberg de pobreza. Olvidar que hay un continente de pobreza. �C�mo se puede pensar que se puede vencer el desaf�o de ese continente con un muro m�s fuerte?�.

Aunque se resiste como gato panza arriba a decir cu�l es la postura de la comunidad sobre el preservativo, hace hincapi� en los proyectos anti-sida que la Comunidad ha puesto en marcha en Mozambique, Malaui y Tanzania, y que va a extender a Guinea Bissau, y posiblemente a Guinea Ecuatorial. Parte de la consideraci�n del derecho inalienable a los medicamentos, con un programa espec�fico en el caso africano de acompa�amiento, que subraya que es de bajo coste y que consigue no s�lo que los enfermos no descuiden su tratamiento, sino que, en el caso de las mujeres embarazadas, no lo suspendan despu�s del parto.

�frica ha cambiado a Mateo Zuppi: �Nos cambia a todos. Cada uno de nosotros cuando va a �frica deja de ser el mismo, deja de lado muchas cosas, prescinde de muchas tonter�as�. La estrategia de San Egidio ha sido siempre la de la discreci�n m�s absoluta, diplomacia que act�a lejos de los focos, lejos de la publicidad que a veces echa a perder muchos acercamientos.

Cambio para bien

�La situaci�n en �frica ha cambiado para bien. Mientras que el a�o 1994 toda �frica subsahariana, desde el �ndico hasta el Atl�ntico, estaba en guerra, desde Somalia hasta Angola, Etiop�a-Eritrea, Sud�n, Ruanda, Burundi, Congo... era un desastre, ahora, aunque quedan conflictos por resolver, nos encontramos en un momento positivo�.

Su empe�o m�s reciente, como presidente de la comisi�n de alto el fuego en Burundi, ha propiciado que se llegara a un acuerdo entre el gobierno de Bujumbura y el principal grupo armado, lo que ha llevado a un minucioso reparto del poder, garant�as para las minor�as y unas elecciones democr�ticas.

Al amparo de San Egidio se encontraron en junio pasado en Roma el jefe de la oposici�n de Togo y el hijo del ex dictador togol�s, Gnassingb� Eyadema, Faure Eyadema, que primero trat� de convertirse en heredero autom�ticamente y al final gan� unas elecciones cuestionadas por la oposici�n y por la Uni�n Africana.

Pero Zuppi recalca que no basta con el cambio pol�tico. Como en Mozambique, hace falta la ayuda exterior, el dinero, para evitar que el pa�s descarrile: �La paz tiene un coste. Aunque pueda parecer parad�jico, resulta m�s barato ayudar a que las democracias echen ra�ces creando una econom�a viable que actuar m�s tarde, cuando los pa�ses se hunden. O les ayudas en su lugar de origen, o no dejar�n nunca de llamar a las puertas de Europa�.

Alfonso Armada