Comunità di S.Egidio


 

22/10/2005


EMOTIVO HOMENAJE A SACERDOTE ASESINADO POR DICTADURA
Una estola del sacerdote franc�s Andr� Jarlan, fue depositada en uno de los altares de la Bas�lica de San Bartolom�, como reconocimiento a su sacrificio y entrega a los m�s pobres.

 

Un emotivo encuentro de oraci�n y homenaje al padre Andr� Jarlan se realiz� en Roma, en el marco de la canonizaci�n del Padre Alberto Hurtado. La liturgia se efectu� en la Bas�lica de San Bartolom� y fue organizada por la Comunidad de San Egidio, instancia creada en 1968, a la luz del Concilio Vaticano II. Presidi� la ceremonia el Obispo de Rancagua y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monse�or Alejandro Goic. �No se es feliz lejos de los pobres, no hay felicidad lejos de los pobres�. Con estas palabras, Andrea Ricardi, director de la comunidad de San Egidio, inici� la ceremonia en memoria del padre Andr� Jarlan, en la Bas�lica de San Bartolom�. �sta fue construida en el siglo X, y actualmente se encuentra dedicada, por voluntad de Juan Pablo II, a los testigos de la fe del siglo XX. Confiada a la comunidad de San Egidio, en ella se encuentran recuerdos de m�rtires africanos, europeos, asi�ticos y americanos. �El padre Andr� Jarlan fue amigo de los j�venes, de los pobres y de Jes�s, vivi� profundamente su servicio sacerdotal, a tal punto que muri� sobre su Biblia. Para nosotros es un honor recibir su estola, y en retribuci�n a ese gesto le damos a la Iglesia de Chile nuestra amistad y nuestra oraci�n�, fueron parte de las sentidas palabras que pronunci� Ricardi �Nosotros hemos venido desde lejos para asistir a la fidelidad de un chileno excepcional y de un creyente ejemplar, como es Alberto Hurtado, y tambi�n la fidelidad martirial de Andr� Jarlan que en medio de los pobres dio su vida para ser fiel al Evangelio de Jes�s ejemplar�, dijo monse�or Goic, al agradecer el homenaje de la comunidad de San Egidio. �Alberto Hurtado dijo en una ocasi�n que el santo hace al mundo m�s bello, m�s bueno. Sin duda que su vida, como la de Andr� Jarlan, han hecho a Chile m�s rico, m�s humano, m�s bello y m�s bueno�, agreg�. Por su parte, monse�or Manuel Camilo Vial, Obispo de Temuco y presidente de la Comisi�n de Canonizaci�n del Padre Hurtado, hizo un emotivo recuerdo del padre Jarlan, al se�alar que a �l le correspondi� recibirlo, siendo Vicario Episcopal de la Zona Sur de Santiago, como misionero en Chile. �Para mi es muy emocionante este homenaje a un hermano m�o, muy querido en nuestra Patria, como es Andr� Jarlan. �l lleg� sin ning�n t�tulo a la Poblaci�n La Victoria. Era muy sencillo, de mucha vida interior. Se conquist� r�pidamente el coraz�n de los pobladores, especialmente de los j�venes, poni�ndose plenamente a su servicio. Se dedic� a los m�s pobres, a los m�s necesitados, a los j�venes alcoh�licos y drogadictos�, indic�. �El final de Andr� todos lo conocemos. Muri� asesinado por una bala, durante una protesta, mientras le�a la Biblia. Era el momento de una protesta. �l muri� con la Palabra de Dios en sus manos, ofreci�ndose al Padre Dios. Su sacrificio ha servido para que muchos de nosotros tom�ramos las armas de la paz para luchar contra el mal, contra todos esos poderes f�cticos que destruyen y hacen sufrir al hombre y que muchas veces generan m�s violencia�, indic� el Obispo de Temuco. �Con orgullo cristiano les agradezco este reconocimiento y me alegro de que la Iglesia pueda valorar este testimonio que nos merecen tambi�n esa fuerza interior para hacer vivo el evangelio entre nuestros hermanos�, termin� se�alando monse�or Vial En reconocimiento al sacrifico del Padre Andr� Jarlan fue depositada una estola suya en el altar dedicado a todos quienes en Am�rica Latina han ofrecido sus vidas en la lucha por la la justicia. El Padre Jarlan naci� el 25 de mayo de 1941 en Reginac, Francia. El 16 de junio de 1968 fue ordenado sacerdote diocesano en Rodez y nombrado vicario de la parroquia de Aubin, zona minera, donde r�pidamente entr� en contacto con el mundo obrero. Pronto fue asesor de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y de la Acci�n Cat�lica Obrera (ACO) de su regi�n. Su vocaci�n lo llev�, en 1982, a querer prestar su servicio en Am�rica Latina. En febrero de 1983 lleg� a la parroquia Nuestra Se�ora de la Victoria, en Santiago de Chile. "Sab�a que ser�a una misi�n dif�cil, pero estaba feliz ante la idea de compartir su suerte con los pobres, a quienes est� dispuesto a dar todo sin reservas", seg�n palabras de su hermano Georges. Lleg� a Chile el 23 de febrero de 1983. Muri� el 4 de septiembre de 1984, aproximadamente a las 18:45 horas, en la casa parroquial de La Victoria durante una jornada de protesta nacional. Una bala disparada por carabineros que reprim�a a los pobladores le quit� la vida cuando estaba orando el Salmo 129.