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EFE |
22/02/2006 |
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Zen lleva a�os luchando contra la intolerancia religiosa que se vive en el pa�s donde naci� y luchando para que los cat�licos que viven m�s all� de la frontera puedan creer en Dios sin poner por ello en peligro sus vidas. Zen, nacido en 1932 en Shanghai, y que lleva una d�cada sin poder entrar en China, fue nombrado hoy cardenal por el Papa Benedicto XVI. Cuando el Papa le imponga el birrete cardenalicio en Roma, se convertir� en el sexto cardenal chino de la historia de la Iglesia, lo que otorgar� a su nombramiento un car�cter de especial importancia. Antes de la muerte de Juan Pablo II se especul� ya con la posibilidad de que Wojtila le hubiera nombrado "in pectore" como reconocimiento a su labor. Siempre humilde, Zen parece un hombre sabio, en paz con Dios y consigo mismo, que hace las veces de padre espiritual de muchos j�venes cat�licos de Hong Kong y de l�der inflexible contra las violaciones de los Derechos Humanos. Adem�s, fue el responsable de hacer p�blica la noticia de que la Santa Sede estaba dispuesta a aceptar las condiciones que los chinos llevan 20 a�os imponiendo para el restablecimiento de sus relaciones diplom�ticas con el Vaticano, rotas desde 1957 Como purpurado en una di�cesis tan compleja como la de Hong Kong -la �nica en China en la que los cat�licos pueden legalmente jurar fidelidad a la Santa Sede- trabaja sin cesar para defender la libertad de expresi�n, la libertad religiosa y la dignidad de los m�s pobres de la ciudad. Desde el a�o 2003, el obispo ha bendecido buena parte de las masas que se han manifestado en Hong Kong para protestar contra las veleidades totalitarias del gobierno local, y ha mantenido un permanente pulso con las autoridades aut�nomas sobre asuntos de educaci�n religiosa y de libertades p�blicas. Dentro del Vaticano, el purpurado est� considerado como uno de los mayores expertos sobre China, desde donde tuvo que huir en plena guerra civil, cuando era apenas un ni�o, y desde donde viaj� a Hong Kong, entonces colonia brit�nica, para unirse a la congregaci�n de los salesianos. En China, la Iglesia cat�lica est� controlada por la Oficina de Asuntos Religiosos, el organismo oficial del que depende la Asociaci�n Cat�lica Patri�tica, que act�a como una suerte de "conferencia episcopal" controlada por el Partido Comunista. Seg�n las estimaciones de su di�cesis, el n�mero total de cat�licos que vive en el pa�s es de m�s de diez millones, la mayor�a de los cuales est�n perseguidos y controlados por las autoridades locales. Un peque�o n�mero profesa su fe bajo la �gida de esa Iglesia oficial, cuyos representantes est�n nombrados por el gobierno. En los �ltimos meses, Zen ha participado personalmente en las reuniones de la Comunidad de San Egidio, el �rgano secular de la Iglesia que gestiona las negociaciones diplom�ticas con China. "El Vaticano no debe aceptar ning�n acuerdo con China sin lograr, a cambio, un compromiso de mayor libertad religiosa", dijo recientemente. En Asia se considera que el ascenso al cardenalato de Zen, que ya ha anunciado su intenci�n de dedicarse a la docencia en los seminarios, representa la decisi�n definitiva de Ratzinger de actuar con iniciativa en los asuntos de China. EFE rpl/abc/cd
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