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Alba |
08/09/2006 |
Representantes de las religiones mundiales de re�nen en As�s |
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"Las religiones nunca justifican el odio v la violencia. Quien usa el nombre de Dios para destruir a otro se aleja de la religi�n pura". Los representantes de las grandes religiones deI mundo reunidas en la ciudad italiana de As�s concluyeron su encuentro mundial de oraci�n por la paz con este llamamiento urgente. Tras hacer hincapi� en que la guerra "no es inevitable", recordaron que quien siembra "terror, muerte, violencia en nombre de Dios no debe olvidar que la paz es el nombre de Dios". Con la confianza pues. ta en el �nico Dios Todopoderoso, afirmaron una vez m�s que s�lo �l "es m�s fuerte que quien desea la guerra, que quien cultiva el odio, que quien vive de la violencia". En el sugestivo escenario de la ciudad de San Francisco, santo de la paz, se volvieron a encontrar un a�o m�s representantes de las religiones del planeta para rezar por la paz. Han pasado exactamente 20 a�os de aquel 27 de octubre de 1986, cuando en plena Guerra Fr�a Juan Pablo II congreg� por primera vez en la Historia a los representantes de las grandes religiones del mundo, desde el Dalai Lama al arzobispo de Canterbury, para rezar por la tan anhelada paz. Desde entonces, se ha abierto un camino de di�logo, de oraci�n y de paz acogido de manera particular por la Comunidad de San Egidio, que ha dado vida a los Encuentros Internacionales Hombres y Religiones, que han atravesado, a�o tras a�o, las principales ciudades italianas y capitales europeas, representando una extraordinaria ocasi�n de di�logo y de superaci�n de las contraposiciones culturales y religiosas. Por un mundo de paz El tema del encuentro intemacional y de la jornada de Oraci�n por la Paz 2006 ha sido "Por un mundo de paz. Religiones y culturas en di�logo". Asistieron, entre otros, el Gran Rab� Cohen, de Hada, los rabinos Toaff ,v Di Segni, de Roma; Ibrahim Ezzedine, consejero de la Presidencia de los Emiratos �rabes Unidos; el secretario general de la Federaci�n Luterana Mundial, el reverendo lsmael Noko; el presidente de la Conferencia de las Iglesias Europeas, Jean-Amold de Clermond; los cardenales Paul Poupard y Stanislaw Dziwisz, respectivamente presidente del Pontificio Consejo para el Di�logo Interreligioso y arzobispo de Cracovia y representantes de todas las confesiones cristianas de Oriente y Occidente. En su mensaje a los l�deres religiosos, Benedicto XVI pidi� que se promueva una "eficaz pedagog�a de la paz" contra el terrorismo y la violencia, para impulsar el di�logo entre culturas y religiones y evitar que los j�venes sean "educados con sentimientos de odio y venganza". El Papa lamenta que el tercer milenio "se haya abierto con escenarios de terrorismo v violencia", y subraya que, ante todo, la paz se construye "en el coraz�n". En este sentido, recuerda que Juan Pablo II, al imitar en 1986 a As�s a los representantes religiosos a rezar por la paz, resalt� el valor de la oraci�n en la construcci�n de la paz. Los l�deres de las diversas religiones mostraron que "la oraci�n no divide sino que unc y es un elemento determinante para una eficaz pedagog�a de la paz, basada en la amistad, la acogida rec�proca, el di�logo entre hombres de diversas culturas y religiones". Tras poner de relieve que el encuentro de As�s de hace veinte a�os no se prest� a interpretaciones de "sincretismo, fundadas en una concepci�n relativista", como algunos trataron de hacer creer, el Santo Padre afirma que cuando se reza juntos, hay que hacerlo respetando los caminos propios de las diversas religiones. Por eso, la convergencia de la diversidad "no debe significar ceder al relativismo, que niega cl sentido de la verdad y la posibilidad de alcanzarla". Muros de violencia Al pensar en los innumerables j�venes que son educados al "odio y a la venganza" en las zonas azotadas por la guerra, alimentados por ideolog�as que cultivan antiguos rencores y que los preparan para la violencia, el Papa se�ala que es necesario "abatir esos muros v favorecer el encuentro". En la sesi�n inaugural, el cardenal Poupard, presidente del Consejo Pontificio para el Di�logo Interreligioso, afirm� que en la sociedad multicultural y multirreligiosa en la que vivimos las religiones son acusadas a menudo "de fomentar el odio y causar violencia", cuando en realidad son parte de la soluci�n "para lograr paz y armon�a en la sociedad". El purpurado se�al� que es urgente impartir una formaci�n integral y s�lida a los miembros de las comunidades religiosas, as� como relacionarse con los fieles de otras tradiciones religiosas en un clima de respeto rec�proco, confianza y amistad para comprender las diferencias fundamentales y aprender a respetarlas.
Alfonso Torres
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