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Vida Nueva |
09/09/2006 |
LA PAZ EMPIEZA A CONSTRUIRSE EN LOS CORAZONES, DICE EL PAPA |
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Un viaje a la tierra natal suele ser motivo de alegr�a, tambi�n para un pont�fice. Benedicto XVI as�lo demostr� el domingo 3 de septiembre desde Castelgandolfo, cuando confes� en alem�n: "Estoy feliz al poder volver a ver a tantos compatriotas la pr�xima semana en Baviera". El Papa, que estar� en territorio b�varo deI 9 al 14 de este mes, cumplir� as� su cuarto viaje internacional y el segundo a Alemania. En esta visita pastoral, acudir� a Munich, ciudad de la que fue arzobispo entre 1977 y 1982. Visitar� el santuario de Alt�tting, Marktl am Inn, su pueblo natal, y Ratisbona, ciudad en la que fue catedr�tico y donde vive su hermano y est� enterrada su familia (padres y hermana). Una Baviera fren�tica espera al Pontifice: la di�cesis de Regensburg vive con "particular fervor espiritual el tiempo de espera para acoger con brazos abiertos al Santo Padre Benedicto XVI", se lee en L'Osservatore Romano. A su llegada a Munich, el Papa rezar� ante la Mariens�ule, la columna de la Virgen en la conocida Marienplatz de la ciudad. El domingo se dirigir� a la Neue Messe, lugar preparado para la misa. Viajar� al d�a siguiente a AIt�tting, donde despu�s de la eucarist�a en la plaza deI santuario seguir� una procesi�n con el Sant�simo, acompa�ado de la estatua de la Virgen, hasta arribar a la capilla de la Adoraci�n, la Anbetungskapelle. El Papa visitar� el convento de Santa Magdalena y, en la Bas�lica de Santa Ana, celebrar� las v�speras con religiosos y seminaristas. En su ciudad natal, Marktl am Inn, Joseph Ratzinger visitar� la iglesia parroquial de San Oswaldo y de all� se dirigir� a Ratisbona. Uno de los momentos cruciales de esta peregrinaci�n ser� el martes d�a 12, con una misa en el Islinger Feld, una explanada a la entrada de la ciudad. Benedicto XVI se alojar� en el Seminario de San Wolfgang. En la Universidad, se encontrar� con intelectuales y cient�ficos y, en la catedral, presidir� una celebraci�n ecum�nica de v�speras. En cambio, el d�a 13 ser� una jornada "privada", si se lo consienten, en la que el Papa bendecir� el nuevo �rgano de la Alte Kapelle en el cementerio donde descansan los restos mortales de su familia. El programa de ese d�a prev�, asimismo, una visita a la casa de su hermano, el sacerdote Georg Ratzinger, con comida y descanso incluido. En Alemania, la visita ha suscitado un gran inter�s, incluso entre grupos menos pr�ximos a la actual idea deI papado, como el movimiento Wir Sind Kirche (Somos Iglesia), que reclama desde hace a�os una reforma dentro de la Iglesia cat�lica y que ahora ha escrito una carta al Papa en la que le sugieren que tenga "m�s en cuenta" al laicado. Mientras tanto, en As�s se celebraba el encuentro interreligioso promovido por la Comunidad de San Egidio para conmemorar los 20 a�os de la cita que en 1986 convoc� Juan Pablo II en ese mismo lugar, y a la que asistieron el Dalai Lama y otros l�deres religiosos. Y aunque Benedicto XVI no estuvo, s� se quiso hacer presente a trav�s de un mensaje enviado al obispo de Asis-Nocera Umbra-Gualdo Tadino, Domenico Sorrentino. La misiva, le�da en la reuni�n celebrada los d�as 4 y 5 en la ciudad de san Francisco, advierte que los problemas de la humanidad no deben ser atribuidos a la religi�n. Diferencias religiosas El Papa recuerda en su texto c�mo "el tercer milenio comenz� con escenarios de terrorismo y violencia que no parecen desvanecerse" y subraya "el hecho de que los conflictos armados se desarrollen sobre todo con el tel�n de fondo de tensiones geopol�ticas existentes en muchas regiones', lo que "puede dar la impresi�n de que no solo las diferencias culturales, sino tambi�n las diferencias religiosas, son motivo de inestabilidad o de amenaza para las perspectivas de paz". El Pont�fice advierte que "a nadie le es l�cito, por tanto, servirse de la diferencia religiosa como presupuesto o pretexto para una actitud beligerante hacia los dem�s seres humanos". La paz que anhela el mundo no se construye sola, sino que es, en palabras deI Papa, "un valor en el que confluyen tantos componentes". As�, "para construirla, son importantes caminos de car�cter cultural, pol�tico, econ�mico. Ahora bien, en primer lugar, la paz debe construirse en los corazones. Ah� es donde se desarrollan los sentimientos que pueden alentarla o, por el contrario, amenazarla, debilitarla, sofocarla". Benedicto XVI asume las premisas de su antecesor, recordando que, "desde un primer momento, Juan Pablo II declar�: `El hecho de que hayamos venido aqu� no implica ninguna intenci�n de buscar un consenso religioso entre nosotros o de negociar nuestras convicciones de fe. Quiere decir que las religiones pueden reconciliarse a nivel de un compromiso com�n en un proyecto terreno que las superara a todas. Y tampoco es una concesi�n aI relativismo en las creencias religiosas "Por ello record� el Papa, cuando nos encontramos juntos para rezar por la paz, es necesario que la oraci�n se desarrolle seg�n esos caminos distintos que son propios de fas diferentes religiones. Esta fue la elecci�n que se hizo en 1986 y esta elecci�n no puede dejar de seguir siendo v�lida tambi�n hoy. La convergencia de la diversidad no debe dar la impresi�n de ser una concesi�n a ese relativismo que niega el sentido mismo de la verdad y la posibilidad de alcanzarla". Por su parte, el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, subray� en el encuentro de As�s que "la medicina deI di�logo permite curar tantas incomprensiones y conflictos entre pueblos y religiones" y desvela que "la guerra no es invencible". En el llamamiento final de este nuevo encuentro de As�s, l�deres y miembros de distintas religiones quisieron constatar que "hemos ense�ado c�mo la oraci�n no divide, sino que une: hemos rezado unos junto a otros, no rezaremos nunca unos contra los otros". Y a�aden: "Creemos en el di�logo, paciente, verdadero, razonable: di�logo para la b�squeda de la paz, pero tambi�n para evitar los abismos que dividen culturas y pueblos y que preparan graves conflictos. Todos nosotros, exponentes de religiones diferentes, hemos afirmado el valor deI di�logo, deI vivir en paz, mientras que lo hemos practicado a lo largo de estos d�as en esp�ritu de amistad como modelo y ejemplo para los fieles de nuestras comunidades". Como constataci�n final, se advirti� que "la guerra no es inevitable" y que, como ya hab�a dicho tambi�n el Papa en su mensaje, "las religiones no justifican nunca el odio y la violencia". El velo de la Ver�nica Antes de su viaje a Alemania, Benedicto XVI ha hecho una peque�a peregrinaci�n al santuario de Manoppello, donde se encuentra el supuesto velo de la Ver�nica, es decir, el pa�o con el que esta mujer habr�a enjugado el rostro de Jes�s en el camino deI Calvario. En su breve visita a este santuario, situado en los Abruzos, a 200 kil�metros de Roma, el Papa dijo que es esencial contemplar el rostro de Cristo: "Para entrar en comuni�n con Cristo y contemplar su rostro, el rostro deI Se�or en el de los hermanos y en las vicisitudes de cada d�a, se requieren 'manos inocentes y corazones puros"'. El Papa aprovech� su estancia en este paraje natural para sugerir el cuidado de la naturaleza: "Este don [la naturaleza] est� cada vez m�s expuesto a serios riesgos de degradaci�n ambiental y, por tanto, debe ser defendido y tutelado". Hasta finales de septiembre, Benedicto XVI permanecer� todav�a en su residencia estival de Castelgandoffo.
Miriam D�ez
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