Comunità di S.Egidio


 

26/12/2006


El d�a que los templos se convirtieron en comedores solidarios
Compartieron la Navidad con los pobres

 

"Ando mal de trabajo; acepto cualquier changa; lo que venga", confes� Jos� Chocobar, de 47 a�os, que vive en el parque Lezama y, cuando puede, se las rebusca como alba�il. Ayer, con otras 200 personas solas, necesitadas, pobres o marginadas, particip� de un almuerzo de Navidad ofrecido por la Comunidad de San Egidio en la parroquia San Pedro Gonz�lez Telmo, Humberto I 340. Y recibi� como regalo una toalla que, seg�n dijo, le hac�a falta.

"Gracias a Dios y a la Virgen, a la Iglesia y al padre Ernesto [Salvia, el p�rroco] -dijo Chocobar, al retirarse-, pasamos un buen momento, comimos y charlamos con todos."

En 17 mesas, voluntarios de San Egidio sirvieron un men� compuesto de empanadas, mayonesa de ave con huevo y tomate, ensalada de frutas y, al final, una mesa de dulces. Cada invitado ten�a el men� por escrito y recibi� un regalo personalizado, en un paquetito con su nombre.

Para conseguir alimentos, preparar la comida y servirla, colaboraron muchas personas: unas 160 en esta ciudad, donde San Egidio organiz� almuerzos similares en las parroquias del Carmen (Rodr�guez Pe�a 840), de la Merced (Reconquista 207) y San Pedro (Quinquela Mart�n 1151, en La Boca).

Desde Roma, en la bas�lica de Santa Mar�a in Trastevere, donde esta comunidad de laicos cat�licos se inici� en 1968, hasta muchas otras ciudades de Europa, Asia, Africa y Am�rica, miles de mesas se prepararon en Navidad para recibir a comensales poco acostumbrados a ser servidos. S�lo en Roma, unas 10.000 personas participaron en 38 comidas impulsadas por San Egidio, y a una de ellas asisti� el alcalde, Walter Veltroni.

"La Navidad nos re�ne en la amistad alrededor del Se�or Jes�s -dijo Andrea Poretti, que encabeza la comunidad en la Argentina-, y nos invita a compartir especialmente con quien est� solo y no encuentra un lugar para s�; tampoco Mar�a y Jos� encontraron sitio para ellos y para el Ni�o que deb�a nacer."

"�Hay m�s alegr�a en dar que en recibir! Estoy lleno de alegr�a", dijo el p�rroco del Carmen, presb�tero Ricardo Larken. "M�s de 200 comensales atendidos como a Jes�s le gusta. M�s de 40 voluntarios. Un clima de alegr�a, m�sica, recitados, aplausos, buena comida, tantas donaciones, saludos."

Vale apuntar que otras parroquias porte�as, como la del Socorro, tuvieron por su cuenta iniciativas similares. En San Pedro Gonz�lez Telmo se hizo este almuerzo navide�o por primera vez, pero desde hace 50 a�os se sirve al mediod�a, de lunes a viernes, a 80 ancianos y hombres que viven en la calle.

Ayer asistieron otros que residen en el hogar Rawson, como Am�lcar L�pez, de 72 a�os, que tuvo en su momento una panader�a y un restaurante. "Y aqu� estoy: en Pampa y la v�a", agreg� sonriente. Pero no se queja del hogar, que, adem�s, est� siendo reformado. Le gusta leer y ayer recibi� de regalo un libro, "Con gloria vivamos", donado por su autor, el novelista Jes�s Silveyra. Otros regalos eran piezas de bijouterie, donadas por Bernardo H., sobreviviente de la Sho�.

H�ctor G�mez tambi�n vive en el Rawson. Tiene m�s de 70 a�os y percibe una pensi�n por vejez; fue vendedor de calle y de mostrador, pero en 1991 se qued� sin trabajo y no pudo completar aportes. Tambi�n recibi� un libro. "Soy muy lector -cont�-; leo de todo: ensayo, historia, policiales. Yo soy ateo, pero me une a esta gente la solidaridad y la amistad que me brindan. Los esperamos todos los s�bados en el hogar como si fueran nuestra familia."

Hilda Grai�o integra el movimiento Vivan los Ancianos, que se re�ne a orar en La Boca. Con ella estaban Sergio del Canto, bioqu�mico, de 35, y Brenda Dalton, enfermera, de 33, todos voluntarios. Brenda est� San Egidio desde los 16 a�os y ayer ten�a fecha para dar a luz. Pero no par� de ayudar, en San Telmo y en La Boca. "Voy y vengo, a ver si el chico quiere venir", brome�. Hab�a caras sonrientes, de los invitados y de quienes se sent�an �tiles por dar una mano a otros en la Navidad.

Jorge Rouillon