Cierre los ojos e imag�nese una Europa en la que las diversas identidades culturales, pol�ticas y religiosas sean capaces de convivir de manera pac�fica y en el respeto mutuo, compartiendo intereses m�s all� de las diferencias �Una utop�a? El historiador italiano Andrea Riccardi defiende que no se trata del sue�o de un ingenuo o del desvar�o de un chiflado, sino de una posibilidad perfectamente real y factible.
Y conviene atender a sus palabras porque este hombre, fundador en 1968 de la Comunidad de Sant�Egidio, sabe lo que dice cuando habla de concordia y reconciliaci�n. Tanto es as� que el movimiento cat�lico laico que lidera es, desde hace a�os, eterno candidato al Premio Nobel de la Paz. No en vano, los acuerdos de paz alcanzados en Mozambique, Argelia, Guatemala y Liberia son en gran medida m�rito suyo. Por no hablar de las numerosas iniciativas interreligiosas, humanitarias y de mediaci�n que lleva a cabo.
Es tal el compromiso de Riccardi con la paz que muchos consideran al antiguo y coqueto convento carmelita situado en pleno coraz�n del Trastevere romano donde la comunidad de Sant�Egidio tiene su cuartel general como un aut�ntico Ministerio de Exteriores por cuenta propia. �Churchill dec�a que la paz era una cosa demasiado seria para dejarla s�lo en manos de los militares. Yo pienso que la paz es una cosa demasiado seria para dejarla en manos de los diplom�ticos�, razona Riccardi, cuya utop�a realista de una Europa fundada sobre una cultura com�n surgida a partir de las diferencias se condensa en las 156 p�ginas de Convivir (Ediciones RBA), un libro en el que analiza los principales conflictos que amenazan a la paz ofreciendo su receta para superarlos.
PREGUNTA.� Muchas personas consideran que el interrogante m�s importante al que se enfrenta Europa es si los musulmanes lograr�n integrarse en ella. �Usted qu� piensa?
RESPUESTA.� Creo que el islam representa uno de los grandes desaf�os de Europa y nos puede hacer sufrir mucho; pero no creo que sea el �nico gran problema actual. Nos har� sufrir porque pa�ses como Italia o Espa�a est�n pr�ximos al mundo musulm�n y porque hoy en d�a nos encontramos ante un islam que aspira a un liderazgo global en el mundo. Pero yo s� que no todo el islam es fundamentalista. Aunque por desgracia, en nuestro mundo contempor�neo las minor�as violentas ejercen una presi�n incre�ble.
P.� �Y en su opini�n, c�mo debe hacer frente Occidente al desaf�o del islam?
R.� A trav�s de la democracia, que es un modelo que debemos exportar al mundo musulm�n. En nuestro mundo la democracia es una necesidad para convivir.
P.� La cuesti�n es si es compatible el islam con la democracia.
R.� Tendr� que serlo, porque la democracia es nuestro futuro. Ya en el siglo XIX se dec�a que el catolicismo era incompatible con la democracia, y los cat�licos en Am�rica eran acusados de ser s�bditos de un jefe de Estado extranjero, el Papa. Y ya ve usted que las cosas han cambiado. Con respecto al islam tambi�n tienen que cambiar.
P.� El hecho de que el mundo musulm�n no tenga una autoridad m�xima un�nimemente reconocida, como lo es el Papa para los cat�licos, �no cree que dificulta ese cambio?
R.� S�, absolutamente. En la religi�n musulmana no existen ni obispos ni papas y con frecuencia los interlocutores son necesariamente pol�ticos, que lo que hacen es instrumentalizar la religi�n. Pero le confieso que me da risa cuando veo a algunos europeos liberales que tanto han criticado la jerarqu�a de la Iglesia cat�lica lamentarse de que el islam no tenga un Papa y una jerarqu�a homologable.
P.� �Qu� debe hacer Europa con respecto al velo?
R.� Yo no lo prohibir�a, porque s� muy bien que prohibir una cosa a los j�venes significa multiplicarla. Pero, sobre todo, creo que la integraci�n significa aceptar un horizonte com�n. En Europa no podemos crear un conjunto de L�banos, es decir, comunidades cerradas que vivan la una junto a la otra sin mantener contactos entre ellas. Yo no veo una Europa as�, dividida en musulmanes, cat�licos, protestantes, jud�os�
P.� Usted conoce bastante bien �frica. �C�mo es el islam en este continente?
R.� Los musulmanes africanos son, mayoritariamente, muy diferentes a los del resto del planeta. Observo que en �frica el islam puede convertirse en una especie de teolog�a de la liberaci�n, en un grito de los oprimidos contra Occidente. Hasta los estadounidenses se est�n dando cuenta de que el islam radical quiere canalizar la ira de los oprimidos africanos. Y en ese sentido, para m� �frica debe ser la gran apuesta de Europa. En primer lugar por la inmigraci�n. En general, los inmigrantes africanos se integran bastante bien en nuestro continente, como hemos visto, por ejemplo, en Francia. Yo me pregunto: �por qu� Europa ha renunciado a hacer una pol�tica sobre �frica? Acabamos de celebrar el 50� aniversario de la firma del Tratado de Roma [el texto fundacional de la UE] y no hemos dicho una sola palabra sobre �frica, a pesar de que debiera convertirse en nuestro socio principal. Yo lanzo la idea de Eur�frica, porque es obvio que la inmigraci�n africana no puede ser detenida. Esta inmigraci�n es una especie de invasi�n, y es por ello por lo que debemos fomentar una pol�tica de mayor presencia all�.
P.� Un cat�lico laico como es usted, �qu� piensa de la situaci�n que se vive en estos momentos en Espa�a?
R.� No la entiendo. En primer lugar, porque los conflictos entre laicos y cat�licos son, para m�, historias del pasado. Y, sobre todo, son historias de pa�ses que cada vez cuentan menos en el plano internacional. Porque, en mi opini�n, tanto para los creyentes como para los no creyentes un discurso de fe religiosa o de cultura de las tradiciones cristianas es un recurso importante. La historia de Italia, de Espa�a o de Francia no es la historia de la cristiandad, pero el cristianismo es un aspecto fundamental de nuestra historia. El fil�sofo Benedetto Croce, que no era un sacerdote sino un gran laico, se preguntaba: �Por qu� no podemos decirnos cristianos? Y yo tambi�n me lo pregunto.
P.� Pero el progreso, �no lleva impl�cito la decadencia de la religi�n?
R.� No, no es cierto que la modernidad y la secularizaci�n acaben con la religi�n. Estuve, por ejemplo, en enero pasado en la India, pa�s al que voy con cierta frecuencia. Y all� veo gente de una modernidad incre�ble, triunfantes hombres de negocios, conectados con todo el mundo y, a la vez, profundamente religiosos. No hay conflicto entre modernidad y religi�n.
P.� En este sentido, es cierto que muchos pensaban que el desarrollo provocar�a en el mundo musulm�n una secularizaci�n y un declive de la religi�n similar al que se ha registrado en Europa, pero no ha sido as�.
R.� S�, muchos pensaban que Egipto se convertir�a en una especie de nueva Francia� Obviamente, no ha sido as�, aunque tambi�n hay que subrayar que el desarrollo en los pa�ses musulmanes ha sido peque�o. Yo creo que hay dos grandes indicadores del desarrollo de una sociedad: la libertad religiosa y la de la mujer; en ausencia de �stas no se puede hablar de ninguna libertad. Y en la inmensa mayor�a de los pa�ses musulmanes estos dos factores no se cumplen.
P.� Algunos pronostican que, en lugar de la convivencia que usted plantea, Europa acabar� siendo musulmana como consecuencia de la fuerte presi�n demogr�fica que ejercen los inmigrantes procedentes de pa�ses isl�micos frente a las bajas tasas de natalidad de los europeos cat�licos�
R.� S�, hay algunos que piensan eso. De hecho, en Rusia ha salido una novela en la que se vaticina que en 2047 la catedral de Notre Dame en Par�s ser� una mezquita. Desde luego, no es culpa de los musulmanes si los europeos en general tienen pocos hijos.
P.� �Pero considera posible ese escenario?
R.� Yo no lo veo factible, al menos a corto plazo. Pero estar�a igual de preocupado ante esa posibilidad que ante la de que Europa acabara siendo china. Yo ante el islam, ante China o la India, lo que me pregunto es: �Qui�nes somos? �Qu� es Espa�a? �Qu� es Italia? Y lo que creo es que tenemos la necesidad de unirnos. Y el miedo que tengo es que la Europa de los Veintisiete sea una gran fiesta en la que no se celebre ning�n matrimonio. No s� si para que haya matrimonios es condici�n indispensable que seamos pocos, no lo s�. Pero el futuro de Europa, en mi opini�n, pasa ineludiblemente por que se unan sus pa�ses. Yo sue�o con que surja un patriotismo europeo, porque cada pa�s por si solo no lograr� salir adelante.
P.� En Jihad vs. McWold, el polit�logo estadounidense Benjamin Barber considera el fundamentalismo como una reacci�n a la globalizaci�n. �Comparte su opini�n?
R.� La globalizaci�n ha sido una utop�a en la que se pensaba que todos ser�amos iguales: todos occidentales, todos brillantes, todos buenas personas� Pero, evidentemente, la realiad no ha sido as�, porque la globalizaci�n ha sido como una gran marea que ha hecho emerger islas con las diversas identidades que estaban sumergidas. La globalizaci�n ha obligado a las distintas entidades �tnicas y religiosas a redefinirse, muchas veces pol�micamente. Huntington tiene raz�n al hacer una lectura del mundo como mapa de identidades culturales y de civilizaci�n, aunque yo no creo que est�n destinadas al conflicto. Ha habido una globalizaci�n del mercado, de los medios de comunicaci�n, pero no nos hemos vuelto todos iguales. Ha vencido McWorld, pero tambi�n lo han hecho la yihad y otras identidades. Le pongo un ejemplo, �qu� se sab�a de las identidades nacionales sovi�ticas hasta finales de 1989? Muy poco. Y, sin embargo, ha surgido el orgullo de ser moldavo. �Y qui�n cre�a en los a�os 80 en la identidad moldava?
P.� �La guerra en Irak ha inflamado el fundamentalismo isl�mico?
R.� Yo no soy un nost�lgico de Sadam Husein, no era un tipo que me resultase simp�tico. Pero en estos momentos los cristianos est�n desapareciendo de Irak porque se est� viviendo all� una situaci�n insostenible. Y los cristianos son muy importantes en el mundo musulm�n porque representan una alteridad en el conflicto entre chi�es y sun�es. Los musulmanes est�n cada vez m�s solos. Antes hab�a un embri�n en el mundo �rabe que ya no existe; ahora hasta los cristianos tienen que marcharse. Yo nunca he estado a favor de la guerra en Irak porque siempre he cre�do que se pod�a solucionar el problema de otra manera. La contienda ha sido como lanzar una bomba at�mica: no s�lo ha destruido sino que deja consecuencias radiactivas en el tiempo.
P.� Usted sostiene que el fundamentalismo musulm�n no se dirige tanto contra Occidente como contra los propios musulmanes considerados imp�os por los radicales.
R.� El primer objetivo de Al Qaeda es Arabia Saud�, Egipto� Pero para alcanzarlo necesitan primero enarbolar la bandera de la lucha contra Occidente para luego arremeter contra esos imp�os filooccidentales. El problema es que muchos de esos gobernantes considerados imp�os por los radicales son muchas veces gobernantes autoritarios. No existe libertad en el mundo �rabe, y en ese contexto se desarrolla el terrorismo. Ahora bien, si caen esos gobiernos y se establecen elecciones libres, es muy posible que salga elegida en las urnas una mayor�a fundamentalista como ha sucedido en Turqu�a o en Argelia en 1992.
P.� Pero tambi�n en pa�ses en los que hay libertad, como es el caso de Gran Breta�a, se desarrolla el terrorismo. Lo hemos visto en Londres con los atentados del 7 de julio de 2005�
R.� Fue un gran shock, desde luego, porque aquellos terroristas eran efectivamente ingleses. Desde luego, yo creo que el islam nos va a hacer sufrir, no nos aguarda un futuro de vino y rosas. Pero qu� vamos a hacer, �declararle la guerra al islam? Yo no soy capaz de imaginar una cruzada en nuestros d�as. No imagino en Europa masas de cruzados camino de Tierra Santa para liberarla, no veo europeos que quieran combatir. Veo una cultura del miedo y del deprecio. Yo creo en un di�logo firme, fuerte, musculoso, que es el �nico instrumento para vivir juntos.
LA CUESTI�N
� �Qu� opina de los movimientos nacionalistas existentes en Espa�a?
� Creo que Espa�a est� viviendo el fracaso del modelo nacionalista, tal y como lo interpretaba el franquismo. Pero, �es el futuro de Espa�a la desmembraci�n, el divorcio? No lo creo. Pienso que es hoy un modelo muy importante de civilizaci�n, de convivencia entre distintas identidades nacionales, regionales y culturales en el marco de un Estado dentro de Europa. El futuro no es el hipernacionalismo, �se que hemos visto en Yugoslavia con los eslovenos, los croatas, los bosnios� Pero creo que antes o despu�s las ex rep�blicas yugoslavas deber�n volver a unirse. Espa�a est� viviendo un momento delicado pero important�simo y, si logra superarlo, ser� un gran �xito europeo. Y estoy seguro de que lo lograr�, porque m�s all� de las identidades regionales hay una identidad nacional. Cuando uno va a Am�rica Latina, por ejemplo, se encuentra una idea clara de Espa�a que, sin embargo, no se tiene del Pa�s Vasco o de Catalu�a.
SU PROPIO MUNDO
�El conflicto de civilizaciones est� en nuestro interior�
Como profesor universitario, �cree posible que suceda en un campus de Roma unamatanza semejante a la de Virginia?
� Creo que no, espero que no. Lo sucedido me ha impresionado enormemente. A veces pensamos que el conflicto de civilizaciones es Al Qaeda, Am�rica, Occidente� pero el conflicto de civilizaciones tambi�n est� en nuestro interior a causa de la difusi�n de la violencia.
Usted ha escrito varios libros sobre P�o XII, al que muchos acusan de no haber hecho nada para frenar el Holocausto jud�o y cuyo discutido comportamiento a�n es tema de debate entre Israel y el Vaticano. �Fue realmente un Papa antisemita?
� Es verdad que P�o XII no protest� p�blicamente contra el genocidio jud�o, contra la shoah. No entraba dentro de su mentalidad. Pero debemos de ser conscientes de c�mo era su Pontificado. Porque cuando hablamos hoy en d�a de Papa la gente piensa en Juan Pablo II, en la CNN�Pero en aquel entonces era un pu�ado de hombres �250 sacerdotes� encerrados entre los muros del Vaticano, rodeados de alemanes y con el riesgo real de ser invadidos� Quiz�s otro Papa se hubiera comportado como un m�rtir, no lo s�. Pero P�o XII no era antisemita. Yo estoy convencido de que despu�s del 16 de octubre de 1943, cuando los nazis peinaron el ghetto de Roma en busca de jud�os que deportar a los campos de concentraci�n, los conventos abrieron sus puertas a miles de ellos. Y detr�s de eso estaba obviamente la decisi�n del Papa, porque no se puede pensar que un convento de clausura ocultara a una persona sin el permiso pertinente. Yo creo que entre el Vaticano y las autoridades nazis hab�a un acuerdo t�cito al respecto, porque no me puedo imaginar que los alemanes no supieran lo que ocurr�a.
�C�mo nace la comunidad de Sant�Egidio?
� Uff, necesitar�a un libro para contarle todo eso� D�jeme decirle s�lo que naci� en el mundo de 1969, en el deseo de cambiar el mundo de entonces, de ayudar a los pobres... Hoy nuestra comunidad est� presente en m�s de 20 pa�ses africanos, en Cuba, en China�
�Y ha hecho realidad su utop�a?
� No lo s�. Pero algo hemos hecho.
Algunos dicen que Sant�Egidio se ha convertido en un peque�o Ministerio de Exteriores, en la diplomacia informal del Vaticano�
� A m� no me avergonzar�a ser la diplomacia informal del Vaticano, pero la verdad es que la Santa Sede no nos ha pedido que hagamos ese papel.
Ustedes trabajan por la paz, pero enfrente de la sede su comunidad hay d�a y noche un coche de la polic�a. �Se sienten amenazados?
� Nosotros no. Pero quiz�s la Polic�a piensa que podemos estar en peligro, porque de vez en cuando vivimos situaciones dif�ciles.
Irene Hernandez Velasco
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