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09/09/2007 |
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El presidente de la Comisi�n Europea afirma la necesidad de la unidad cristiana a fin de dar un alma a Europa Desde el pasado martes hasta hoy domingo se ha celebrado en Sibiu (Ruman�a) la III Asamblea Ecum�nica Europea con m�s de 2.500 participantes, de los cuales 1500 son delegados oficiales de todos los pa�ses de Europa, y entre ellos unos cuarenta son espa�oles. Participan cristianos a todos los niveles, desde el Patriarca Bartolom� de Constantinopla hasta metropolitanos, obispos, te�logos, laicos y laicas. Forman un plural y variopinto acontecimiento lleno de viveza y color. La asamblea empez� con un acto de bienvenida en la plaza Mayor en la que intervino de forma vibrante el cardenal Kasper y en la que se ley�, entre otros, un positivo mensaje del Papa. El pa�s de acogida, Ruman�a, se encuentra en un momento de gran esfuerzo de desarrollo y cambio. Ha entrado este a�o en la Uni�n Europea y posee una gran tradici�n cultural, monumental y religiosa. Los monasterios ortodoxos de Moldavia, declarados monumentos de la humanidad por la Unesco, expresan muy bien la fuerza cultural y religiosa de este pa�s, de mayor�a ortodoxa, con fuertes minor�as cat�licas y protestantes, muy religioso a pesar de la fuerte persecuci�n religiosa comunista. Su Iglesia ortodoxa se encuentra en el delicado momento de que el Santo S�nodo elija a partir del pr�ximo d�a 12 al sucesor del Patriarca Teoctist. La ciudad de Sibiu, en Transilvania, capital de la Cultura Europea este a�o, con un espl�ndido casco medieval, es un buen lugar para ejercer el ecumenismo europeo. El lema de la asamblea gira en torno a la creencia cristiana de que Cristo, es, debe ser, la luz de todo lo creado: de la Iglesia, de Europa y del mundo entero. En la gran tienda de circo donde se celebran las plenarias, ha ido creciendo el climax cristiano, espiritual y ecum�nico. Destaca el testimonio personal de un sacerdote armenio sobre su conversi�n a la luz de Cristo y la alocuci�n de Andrea Riccardi (Comunidad San Egidio) que de forma vibrante y clara (fue el m�s aplaudido de todos los oradores) exhort� a los europeos, en especial a los cristianos, a asumir su responsabilidad respecto del mundo entero. "Los estados europeos - dijo- se perder�n si viven aislados. La unificaci�n europea no es una burocracia o una construcci�n sin alma. Hay una relaci�n profunda, misteriosa, entre la paz y la unidad de los cristianos, la paz del mundo y su unidad. Los cristianos europeos tienen una responsabilidad sobre la paz en el mundo. Europa y �frica tienen un destino com�n. Una Europa que no viva encerrada en s� misma no puede olvidar �frica... Europa no es lo que fue, pero puede ser mejor de aqu�lla que fue para s� misma y para los dem�s". El ambiente ha sido de oraci�n, de ricas relaciones personales, de informaci�n, discusi�n. El mi�rcoles se trat� sobre "La luz de Cristo ilumina a la Iglesia "(en la unidad, la espiritualidad y el testimonio). El jueves, sobre "Cristo ilumina Europa". El presidente de la Comisi�n Europea, Jos� Manuel Dur�o Barroso, afirm� la necesidad de restablecer la unidad cristiana a fin de dar un alma a Europa. Tambi�n se insisti� en trabajar conjuntamente y con m�s intensidad en el di�logo y la colaboraci�n con otras religiones. En Sibiu no se ha tratado tanto de buscar acuerdos sobre cuestiones que dividen como de reflexionar, rezar y actuar juntos ante los actuales desaf�os europeos.
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