Comunità di S.Egidio


 

EFE

21/10/07


Papa llama a religiones no sean veh�culos de odio

 

El papa Benedicto XVI hizo hoy un llamado para que "las religiones no sean jam�s veh�culos de odio", al inaugurar el Congreso "Por un mundo sin violencia" ante la presencia de l�deres de las principales confesiones religiosas.

"�Qu� nunca en nombre de Dios se pueda llegar a justificar el mal y la violencia! Al contrario, que las religiones puedan ofrecer valiosos recursos para construir una humanidad pac�fica", se�al� el Papa en su discurso a los participantes del Congreso, organizado por la Comunidad de San Egidio, en N�poles (sur de Italia).

El Papa participo hoy a una reuni�n y despu�s en un almuerzo en el seminario napolitano de Capodimonte con el mayor n�mero de representantes ortodoxos, protestantes, jud�os, budistas y musulmanes que haya encontrado nunca.

Cerca de 300 l�deres religiosos y pol�ticos, entre ellos, Bartolom� I, patriarca ecum�nico de Constantinopla; Cris�stomos II, arzobispo de Nueva Justiniana y de todo Chipre, y Rowan Williams, jefe de la Iglesia Anglicana.

Pero tambi�n Yona Metzger, gran rabino ashkenazi de Israel y representantes isl�micos llegados desde Arabia Saud�, Ir�n y Marruecos.

A todos ellos, el Papa inst� a "trabajar para la paz", empe�arse para "promover la reconciliaci�n de los pueblos" y "oponerse a cualquier forma de violencia y al abuso de las religiones como excusa para fomentarla".

Benedicto XVI aseguro a sus interlocutores que "La Iglesia cat�lica continuar� recorriendo el camino del di�logo para favorecer la comprensi�n entre las varias culturas, tradiciones y religiones".

Y dese� que "este esp�ritu se difunda sobre todo donde existen fuertes tensiones, donde la libertad y el respeto son negados a los hombres y se sufren las consecuencias de la intolerancia y la incomprensi�n".

A rezar por la paz

El Pont�fice explic� que este encuentro rememora el celebrado en 1986, cuando Juan Pablo II dio cita en la ciudad de As�s a los representantes religiosos para "rezar por la paz".

Y record�, que este acto se repiti� en 2002, despu�s de los dram�ticos acontecimientos del 11 de septiembre en Estados Unidos, donde el mismo Juan Pablo II "pidi� a Dios detener las graves amenazas que recaen sobre la humanidad, especialmente a causa del terrorismo".

Durante el �ngelus que celebr� en la Plaza del Plebiscito de N�poles, el Papa dese� que este Congreso, "importante iniciativa cultural y religiosa contribuya a consolidar la paz en el mundo".

El Papa se sent� a almorzar a una mesa que se puede definir hist�rica por los nombres de los comensales, pues entre otros, figuraban Bartolom� I, Aram I, de la Iglesia Apost�lica Armenia de L�bano, el israel� Metzner y Ezzedine Ibrahim, consejero cultural del presidente de los Emiratos �rabes Unidos.

El Papa visit� hoy N�poles para inaugurar el encuentro interreligioso pero tambi�n para dar un mensaje de esperanza y de apoyo a los ciudadanos de la ciudad, acuciados por una dif�cil situaci�n econ�mica y el problema de la Camorra, la mafia local, protagonista de sangrientos cr�menes y extorsiones.

Durante la homil�a, el Pont�fice record� "el triste fen�meno de la violencia, presente no s�lo en los despreciables delitos de la Camorra (...), y que tiende a difundirse especialmente en la juventud, que crece en los ambientes donde reina la ilegalidad y la cultura del sobrevivir como se pueda".

Y ante ello, el Pont�fice pidi� realizar "adecuadas intervenciones pol�ticas" sobre todo a trav�s de la educaci�n y el trabajo, pero tambi�n a que se produzca "una profunda renovaci�n espiritual".

N�poles "necesita creyentes, que tengan plena confianza en Dios y que con su ayuda se empe�en a difundir en la sociedad los valores del Evangelio", dijo.

Benedicto XVI recibi� el calor de miles de personas que le saludaron a su paso por las calles napolitanas en una fr�a y lluviosa jornada y celebr� una misa ante miles de personas en la c�ntrica Plaza del Plebiscito, que no se encontraba repleta.

El viaje, de poco menos de 8 horas, tambi�n incluy� una visita a la catedral de N�poles, para venerar las reliquias del querido patr�n de la ciudad, San Genaro.

Cristina Cabrejas