Los trágicos hechos de Florencia, donde dos senegaleses fueron asesinados y tres más quedaron heridos, y pocos días antes de Turín, donde una turba quemó un campo de gitanos rom, indican que la crisis italiana no es solo económica, sino más profunda. Está en riesgo la propia pervivencia de nuestra sociedad.
La Comunidad de Sant’Egidio expresa su participación y su dolor a las víctimas de estos hechos criminales, condena dichos gestos y llama a todos los italianos a vivir un mayor sentimiento de responsabilidad. Es urgente hacer una reflexión sobre la calidad de nuestro tejido social, así como una reacción fuerte y compartida ante esta violencia absurda y racista.
Italianos, inmigrantes y gitanos: todos estamos en el mismo país y nos une un destino común. Cada espíritu de ciego antagonismo es destructivo y estéril, y socava las bases de la comunidad nacional. No hay que pensar que en este momento difícil señalar a un cabeza de turco puede ser una solución: solo nos salvaremos juntos. Racismo y antigitanismo son enfermedades que ensucian la imagen de Italia y hacen que sea menos atractiva y menos vivible para todos. La imagen de una muchedumbre de gente insensata gritando que quema un campo de gitanos, hace que vuelvan a la memoria los tiempos aciagos de nuestra historia que no trajeron más que dolor y destrucción.
Lo que necesita nuestro país es una nueva cultura del diálogo, no del desprecio.
Nadie debe ceder a la rabia, al espíritu de venganza o a más violencia. Sobre todo hay que renunciar totalmente a la violencia verbal: demasiadas veces en estos últimos años las palabras han contribuido a crear aquella cultura del desprecio que ha producido el actual clima social contaminado y duro.
En este momento de grave crisis del país, la presencia de ciudadanos extranjeros en Italia es fundamental: ellos participan plenamente en el desarrollo económico y lo sostienen. Las comunidades extranjeras en Italia son trabajadoras y quieren integrarse en el tejido social, no solo con el trabajo, sino con su aportación humana, cultural y de valores.
La Comunidad de Sant’Egidio renueva su compromiso por un diálogo constructivo y pacificador, y hace un llamamiento para que se haga realidad en nuestro país una cultura de la convivencia, con respeto y seguridad para todos. |