Su eminencia Cardenal Etchegaray, su excelencia Monse�or Gordo y Honorable Pique, Eminencias, Excelencias y distintos representantes de las religiones mundiales, es un gran honor para m� estar aqu� en Barcelona, en Espa�a. Como budista dejadme que diga lo contento que estoy de que los habitantes de Barcelona y la Comunidad de San Egidio nos hayan concedido esta maravillosa oportunidad de encontrarnos.

Quisiera compartir mis pensamientos con ustedes sobre dos argumentos: primero quisiera brevemente hablar del argumento de nuestro encuentro: �el di�logo construye la civilizaci�n de la coexistencia�. Segundo, quisiera hablar de c�mo los l�deres de las religiones mundiales podr�an cooperar para el bien y la vida com�n.

La civilizaci�n de la coexistencia

El argumento es �el di�logo construye la civilizaci�n de la coexistencia�. Indudablemente, nuestro futuro com�n de �coexistencia� se debe construir a nivel global. La pregunta es ��c�mo podemos construir la civilizaci�n de la coexistencia?�

Nosotros somos distintos como nacionalidad, etnia, cultura, lengua y religi�n. Y nosotros humanos tendemos a apegarnos a tales diferencias y a distinguirnos de los dem�s seg�n estas diferencias. Este apego a las diferencias causa varios conflictos entre las personas e impide la realizaci�n de la coexistencia.

M�s que aferrarse a las diferencias, creo que nosotros seres humanos tendr�amos que descubrir las verdades comunes entre nosotros. Perm�tanme que hable de la verdad com�n que proviene del patrimonio budista. Un texto muy importante del budismo es �el �nico veh�culo de Buda�, que nos ense�a que todos los seres vivientes conviven en una gran nave de salvaci�n, es decir �El �nico veh�culo de Buda�. En virtud de su gran compasi�n por todos los seres vivientes y bas�ndose en su suprema iluminaci�n en el Dharma, la verdad y la sabidur�a universal, la ense�anza de �El �nico veh�culo de Buda� fue revelada por Shakyamuni Buda. La ense�anza revela la verdad que todos los seres vivientes son manifestaciones de la naturaleza de Buda, el potencial para alcanzar la pertenencia a Buda, y que est�n sostenidas como parte de una gran vida. Esto enfatiza la idea de que cada vida es sagrada e insustituible y anima a los seres humanos a respetarse rec�procamente y a vivir juntos armoniosamente.

C�mo podemos construir la civilizaci�n de la coexistencia

�C�mo pueden los hombres religiosos jugar un papel todav�a mayor trabajando para el bien y la vida com�n? Si las religiones del mundo deben actuar juntas por la coexistencia, �stas sobre todo necesitan una plataforma de encuentro y de di�logo. Esta debe estar fundada sobre el juicio com�n de que todas las vidas est�n sostenidas de manera interdependiente como parte de una gran vida. Y tambi�n se tiene que basar sobre el respeto de las diferencias y sobre el deseo de escuchar la voz aut�ntica de cada comunidad religiosa.

De este encuentro y di�logo las comunidades religiosas del mundo pueden encargarse de su esperanza de cooperaci�n y traducir su deseo de cooperaci�n en programas de acci�n concreta. Mis respetos a la comunidad de San Egidio por su esfuerzo incansable en crear tal plataforma de di�logo y colaboraci�n por una acci�n concreta para la coexistencia de todos los seres.

Rissho Kosei-kai comparte plenamente con nuestros amigos aqu� reunidos la importancia del di�logo y de la cooperaci�n y se compromete a seguir con nuestros humildes esfuerzos para promover el di�logo y la acci�n de cooperaci�n.

Nos encontramos todos ante un inminente periodo hist�rico. Necesariamente debe ser un periodo en el cual todos los pueblos gocen de la bendici�n de la coexistencia y del bien com�n. Las religiones del mundo tienen que jugar su papel ayudando a la humanidad a que trabaje en consonancia con el bien com�n. Para hacer esto tenemos que aprender del di�logo a colaborar sin esconder las respectivas diferencias.

D�jenme que concluya citando las palabras de Kenji Miyazawa, poeta budista japon�s.

Cita: �No puede existir felicidad individual sin la felicidad del mundo entero�. Final de la cita.

Somos miembros de una �nica familia. Nuestras vidas est�n sostenidas de manera interdependiente como parte de una �nica gran vida. La alegr�a y el sufrimiento de los dem�s se vuelven nuestros. Vivamos juntos y construyamos la civilizaci�n de la coexistencia en el nombre de Dios y de Buda.

Les doy las gracias por su atenci�n.