Comunità di Sant

Las Fronteras del Di�logo:
religiones y civilizaciones en el nuevo siglo

Encuentro Internacional Hombres y Religiones - Barcelona 2 - 3- 4 de septiembre de 2001


 Lunes 3 de septiembre 2001
Ajuntament de Barcelona, Sal� de Cent
Di�logo interreligioso: 15 a�os desde As�s

Mar Gregorios Yohanna Ibrahim
Metropolita siro-ortodoxo, Siria

   


El encuentro de As�s, preparado tambi�n ese a�o por la Comunidad de Sant�Egidio, se ha convertido ya en una tradici�n. Es un momento de encuentro donde se discute juntos sobre el di�logo interreligioso. Cada uno llega aqu� con su experiencia personal formada en el clima y en la tradici�n del propio pa�s, para regresar con la experiencia enriquecida por tantos testimonios escuchados de los participantes, experiencia que estimula este camino de di�logo entre las religiones y los pueblos.

Despu�s de la segunda guerra mundial, el mundo ha conocido muchas iniciativas de di�logo entre las religiones; iniciativas suscitadas por personalidades, comunidades, universidades y comit�s ecum�nicos internacionales o locales. Han surgido estudios e investigaciones que han sacado a la luz los puntos d�biles de las relaciones entre los hijos de la misma religi�n con las otras religiones, pero que tambi�n han puesto en evidencia los puntos de encuentro existentes sobre todo entre las religiones que creen en el �nico Dios.

El encuentro de As�s de 1986 podr�a haber sido el mejor de los encuentros ecum�nicos en el sentido m�s pleno de la palabra. Todos los responsables de las religiones, sus representantes, por invitaci�n del papa Juan Pablo II han acudido all� empujados por el deseo de trabajar juntos por el bien del hombre. Recuerdo aquellos momentos en la plaza de As�s, donde representaba a mi Iglesia: me parec�an maravillosos todos los representantes del encuentro: Su Santidad, el papa, en el centro, entre los responsables de las iglesias cristianas de todos los ritos y los musulmanes, los jud�os, los budistas, los hind�es y las muchas otras religiones dispersas por los cuatro puntos cardinales del mundo. En aquel encuentro, todos los participantes hablaron de su tradici�n espiritual, subrayando lo que nos une, como la oraci�n elevada a Dios en favor de un mundo de paz y de justicia, lugar en el que todos somos miembros de la gran familia humana.

Con el fin de que no muera esta iniciativa, la Comunidad de San Egidio se ha comprometido en hacerla revivir cada a�o, desde 1987 hasta hoy, eligiendo Roma y otras ciudades en Italia y en Europa como escenario de este encuentro hist�rico. Hoy, en Barcelona, estamos sobre las huellas de As�s, hemos llegado por mil caminos distintos para insistir en la unidad y para participar, con la oraci�n, en la construcci�n de un mundo de paz, que ponga fin a las guerras que destruyen tanto el mundo como el hombre.

Permitidme hoy que os presente un testimonio desde Oriente Medio, la regi�n de la que procedo, para deciros cu�nto camino se ha recorrido en las relaciones entre cristianos e Islam.

Todos los problemas que la regi�n vive, las guerras entre las religiones y entre los pa�ses vecinos, algunas violaciones de los derechos humanos por todos conocidas, pueden encontrar una v�a de salida. Lo vivimos a trav�s del progreso del di�logo interreligioso. Muchas iniciativas han enriquecido las relaciones entre los pueblos y las religiones. El Consejo de las iglesias Mediorientales, por ejemplo, ha creado el Comit� �rabe para el Di�logo entre Cristianos y Musulmanes, que ha ayudado mucho, tanto a nivel local como regional. La visita del Santo Padre Juan Pablo II a Damasco, capital de Siria, durante el pasado mes de mayo, y sus encuentros durante los tres d�as de permanencia con los cristianos tanto ortodoxos como cat�licos as� como con los musulmanes; sus palabras y las palabras de quien le ha acogido en las Iglesias y en la Mezquita Omayade; han mostrado las fuertes relaciones entre cristianos y musulmanes.

Durante el saludo en el aereopuerto de Damasco, Su Santidad ha hecho alusi�n a la influencia que el Islam ha dejado en Siria desde los tiempos de los Om�yades hasta hoy. �Cada d�a �ha dicho Su Santidad- en un mundo lleno de cambios se necesita un esp�ritu nuevo de di�logo y de buena relaci�n entre cristianos y musulmanes, sobre todo porque todos ellos creen en un �nico Dios creador del mundo entero�. Los musulmanes y los cristianos deben decir juntos que el nombre del Dios �nico es un nombre de paz y una invitaci�n a la paz. No carec�an de importancia tampoco las palabras de los Patriarcas Ortodoxo y Cat�lico, uno de ellos ha dicho: �El Islam ha nacido y quiere permanecer en su esencia hasta el final del mundo, lejos de lo que le aleja de Dios�.

Era necesario explicar al mundo que la iglesia en Siria y las otras iglesias en Medio Oriente viven en un mundo de mayor�a musulmana. Para nosotros no hay otro camino que el de seguir testimoniando la convivencia y el di�logo entre cristianos y musulmanes en este rinc�n del mundo lleno de religiones. Lo importante para todo cristiano es anunciar el Evangelio al mundo entero, sobretodo entre los musulmanes, aclarar la imagen de Cristo en su mentalidad. Tambi�n para nosotros es importante conocer el Islam y presentarle de una manera justa a los cristianos. La visita del papa a la mezquita Om�yade, construida el a�o 705 sobre las ruinas de una iglesia construida a su vez sobre un templo pagano; la parada para rezar ante la tumba de San Juan Bautista; todo ello ha dado una imagen positiva. La mezquita Om�yade es una de las m�s grandes del mundo musulm�n, los jefes musulmanes de Siria est�n abiertos al mundo cristiano y han apreciado mucho la visita a la mezquita; pero esta visita ha dejado tambi�n una huella en el coraz�n de la gente sencilla, y el camino de la convivencia ha aparecido s�lido, sobretodo en Siria, donde se vive una uni�n patri�tica entre las religiones.

En Siria, los cristianos gozan de libertad, y vivimos algunas situaciones especiales que no sen encuentran en otros pa�ses, como por ejemplo la libertad de culto, la construcci�n de iglesias donde y cuando los cristianos quieren, la ense�anza de la religi�n: todas estas, cosas que han empujado al papa a visitar este lugar s�mbolo de los musulmanes. Sus palabras en la mezquita, ante los jefes religiosos musulmanes, reasumen este camino de convivencia: �Vuestra tierra �ha dicho- es querida para los cristianos, aqu� nuestra religi�n ha conocido fases vivaces de su crecimiento dogm�tico, aqu� tambi�n muchas comunidades cristianas han vivido una vida de convivencia con los musulmanes durante siglos�. Estas palabras suyas han sintetizado la historia de las relaciones entre los cristianos y los musulmanes en Siria y en toda la regi�n.

Entre los puntos en com�n existentes entre los cristianos y los musulmanes, a los que el papa ha hecho referencia, me detengo en uno crucial para m�: la oraci�n. Tanto los cristianos como los musulmanes dan una gran importancia a este aspecto de la oraci�n, y dicen que el encuentro con Dios en la oraci�n es el alimento necesario del alma, porque el coraz�n, sin la oraci�n, se debilita, y la voluntad no puede trabajar por el bien sino s�lo por el mal. Los cristianos y los musulmanes respetan y aprecian los lugares de culto como oasis donde es posible encontrarse con Dios a lo largo del camino que conduce a la vida eterna, y como lugares donde es posible encontrarse con los hermanos y las hermanas de la misma religi�n. En los matrimonios, en los funerales y en otras fiestas, musulmanes y cristianos se respetan mutuamente, mostrando lo que les une y sin esconder sus identidades.

La alusi�n del Santo Padre, en el discurso pronunciado en la mezquita, a la importancia de la educaci�n religiosa, ha sido perfecto e importante. Su petici�n era una invitaci�n a los responsables religiosos para que presentaran las dos religiones como religiones que conviven y no como religiones que se combaten. Esta petici�n era necesaria para el camino de la convivencia, sobre todo porque el di�logo, desde hace m�s de treinta a�os, va adelante a un alto nivel, y hemos visto un progreso que antes no exist�a en muchos aspectos, sobre todo a nivel cultural. Sin embargo, esto no disminuye la importancia del di�logo a nivel operativo y vital, tal y como es vivido y practicado desde hace mucho tiempo en Siria. Las palabras de los jefes religiosos musulmanes no han sido de menor importancia que las de los cristianos. El mufti, es decir, el jefe religioso tradicional, ha insistido en su discurso de acogida al Papa sobre la convivencia entre cristianos y musulmanes a trav�s de los siglos en tierras sirias: compartiendo las riquezas, compartiendo lo dulce y lo amargo, derramando su sangre en la lucha por la defensa de la patria. El mufti ha invitado al mundo entero a tomar como ejemplo esta convivencia, que ha nacido de la convicci�n del cristiano y del musulm�n en su propia religi�n, y ha invitado a cada uno a abrir su coraz�n al otro, como ha sucedido en la historia, esperando ver resultados m�s verdaderos en el campo de la paz.

Se�oras y se�ores, �no ven tambi�n ustedes c�mo el camino de As�s ha influido tanto en las relaciones entre las religiones? �No hay quiz�s que considerar las visitas del Papa a tantos pa�ses y su invitaci�n a la convivencia entre las religiones, sus visitas a las iglesias, a las mezquitas y a las sinagogas, como una puerta abierta para animar y sostener el esp�ritu de As�s en la vida de los pueblos? Nosotros en Siria, durante la visita del Santo Padre, nos hemos sentido como si estuvi�ramos en un segundo As�s: un clima de amor, de uni�n rec�proca, de relaci�n y convivencia ha dominado esta visita hist�rica. La imagen de hombres de religi�n, tanto musulmanes como cristianos, reunidos en torno al Papa, junto con todos los fieles, ha mostrado la relaci�n buena, s�lida, que hay entre cristianos y musulmanes. �Verdaderamente somos hermanos! No queremos solo presentar un testimonio de convivencia, es muy probable que la experiencia de Siria pueda ser un ejemplo para todos.

Nuestro mundo afronta la secularizaci�n, que para muchos en Medio Oriente representa un peligro para nuestro futuro. Este mundo nuestro necesita v�as de salida que conduzcan a una vida m�s serena. El di�logo entre las religiones y los pueblos es una de las v�as de salida para consolidar las relaciones entre las partes que se combaten, porque el di�logo interreligioso, cultural y civil construye relaciones especiales entre el hombre y su hermano. Desde este punto de vista invitamos a proseguir el di�logo y esperamos que se repita As�s en muchas partes del mundo, dado que para todos la meta sigue siendo el servicio del hombre, en una sociedad pluralista en la que conviven religiones, ritos y culturas distintas.

Mar Gregorios Yohanna Ibrahim

Metropolita siro-ortodoxo, Siria