Comunità di S.Egidio


 

16/05/2001


San Egidio contra el sida en �frica

 

Hay una buena noticia: puede que �frica no muera de sida. Hay una mala noticia: depende de nosotros. Hay otra buena: el sida tambi�n puede empezar a curarse en �frica. La mala noticia contin�a siendo: depende de nosotros.

Mientras comprobamos con alivio que en Occidente y en el norte del mundo se puede convivir con el sida, medio mundo se hunde y �frica lo hace en primer lugar. De los 36 millones de personas que tienen el VIH, el 70% vive poco y muere pronto en el �frica subsahariana. Tan s�lo en el a�o 2000, seis millones de personas han entrado a formar parte de un resultado tan dram�tico que las cifras parecen falsas. La mitad son mujeres, una de cada diez es un ni�o, m�s de cuatro millones de los nuevos contagiados en el mundo por el VIH son africanos. Es un pueblo de sombras. Si pens�semos verdaderamente que tienen nombres y apellidos, que sonr�en, que se enamoran y desesperan, el pensamiento se har�a realmente insoportable.

En Kenia, desde hace tiempo, las escuelas cierran 'a causa del VIH': no quedan maestros y se colapsa el sistema escolar. Sud�frica, como es sabido, es el pa�s m�s afectado del mundo, con 4,2 millones de personas seropositivas y 250.000 v�ctimas. En Botsuana el virus ha doblado el n�mero de las personas infectadas en tan s�lo cinco a�os. Si eres mujer y vives en Francistown, la probabilidad de ser seropositiva es de una sobre dos. En Zimbabue, un adulto de cada cuatro es seropositivo. En Mozambique uno de cada seis.

La pregunta es: �puede el mundo permitirse la p�rdida de �frica? �Cu�nto vale lo que corre el riesgo de desaparecer (por el sida, pero tambi�n a causa de enfermedades infantiles, tuberculosis, malaria y guerras)? Parece poco: poco m�s del 2% del PIB mundial, si descontamos Sud�frica. En realidad, es mucho m�s. Si dejamos que �frica se hunda perderemos no s�lo algunas materias primas, sino la misma noci�n de humanidad.

En Pretoria, 39 multinacionales de la industria farmac�utica han intentado condenar al estado sudafricano por una ley que habr�a permitido producir, a bajo coste, medicamentos 'gen�ricos' contra el sida, destapando el problema de las licencias y de los royalties que se deben pagar durante 20 a�os a los poseedores de las patentes. Estaba y est� en juego el derecho a la curaci�n, pero tambi�n el mecanismo que hace posible las enormes inversiones privadas necesarias para la investigaci�n.

F�rmacos gen�ricos o no, parece de todas formas inevitable la existencia de un doble mercado mundial, uno para los pa�ses ricos y otro para los pobres. Pero se debe tomar una decisi�n: los pa�ses pobres son los que tienen un nivel de renta m�s bajo (26, en los que viven aproximadamente 450 millones de habitantes) o aqu�llos con una alta tasa de pobreza (86, con casi 3.500 millones de habitantes). Ante la emergencia (pues se est� convirtiendo en una emergencia, tan grande como la que plante� la Segunda Guerra Mundial) no basta el mercado o bien el mercado debe superarse a s� mismo.

Entonces, se puede no morir de sida. Pero depende de nosotros que sea pronto. Hace falta que los pa�ses se pongan previamente de acuerdo y que realicen una inmensa inversi�n profesional y de capital para habilitar las infraestructuras que permitan el control y la formaci�n de personal para combatir las infecciones y lanzar la terapia retroviral. La llave del �xito de esta lucha contra el tiempo, en efecto, est� en la suma de 'medicinas de bajo coste + infraestructuras'. Sin una red que funcione m�nimamente para controlar, suministrar las medicinas y crear las condiciones ambientales compatibles con la vida, las medicinas se quedar�n donde han estado hasta ahora.

En algunas partes de �frica, donde la preparaci�n de las infraestructuras est� en una fase bastante avanzada, se puede empezar la cura: es el caso de Mozambique. Despu�s de la paz construida en Roma y firmada en 1992, con la contribuci�n de la Comunidad de San Egidio, el Gobierno mozambique�o y la oposici�n han dado prueba durante casi una d�cada de madurez democr�tica. El pa�s tambi�n ha sabido resistir a las calamidades naturales, incluso a dos inundaciones en el �ltimo a�o, y representa un ejemplo relevante en una �frica desesperada. Con la contribuci�n inicial de la cooperaci�n italiana y una nueva joint-venture entre Gobierno mozambique�o y San Egidio, hoy en d�a es posible en Mozambique iniciar la acci�n contra el sida. Probablemente se trata de la primera en �frica, al menos a tan amplia escala. Por primera vez ser� posible en Mozambique interrumpir dr�sticamente, en un 50% de los casos por lo menos, la transmisi�n del virus VIH de la madre al hijo. Para m�s de un mill�n de mozambique�os se abre un camino de esperanza y la muerte deja de ser el �nico camino.

La Comunidad de San Egidio ha alentado este proceso en un momento en que hablar de una hipot�tica curaci�n del sida en �frica parec�a un tema prohibido. San Egidio no tiene problemas de 'patentes'. Los protocolos organizativos y de intervenci�n est�n a disposici�n de todo el que se interese por ellos. La llave del �xito est� en la capacidad de crear sinergias entre quienes pueden contribuir de una u otra forma. Me parece de inter�s general para el mundo entero que en un pa�s africano se haga realidad todo el ciclo de experiencias de lucha contra el sida, con el fin de que pueda llevarse a cabo lo mismo en otros pa�ses. La UNESCO, el pasado febrero, a trav�s de las palabras de Jacques Delors y de Boutros Ghali, entreg� a San Egidio el premio Houphouet Boigny para la Paz, subrayando la contribuci�n particular a la paz y a la esperanza en �frica. Ayer se entreg� en Barcelona a Andrea Riccardi, fundador de la comunidad, el Premio Catalu�a. Los premios sirven para hacer m�s, y todav�a mejor, cuanto ya se viene haciendo. Ahora tenemos la posibilidad de escribir un nuevo cap�tulo de la resurrecci�n de �frica. Depende de nosotros. La mala noticia puede convertirse en buena noticia.

Naturalmente existe un 'pero'. David necesit� una peque�a honda y una piedra para vencer a Goliat. David-San Egidio, y tambi�n David-Mozambique, donde el gasto sanitario es ahora mismo de dos d�lares por habitante, necesitan ayudas. Si las ayudas financieras de las agencias y la cooperaci�n internacional, de las grandes fundaciones y de quien controla el flujo de los medicamentos y el dinero -las multinacionales farmac�uticas- llegar�n a ser suficientes, �frica y el mundo constatar�a que el sida puede retroceder en este continente. La ocasi�n tal vez sea irrepetible. Deber�amos no dejar que se nos escapara.

Mario Marazziti