ROMA- Los días pasados, además de los graves atentados de Francia, se ha ceñido nuevamente sobre el noreste de Nigeria una inaudita violencia terrorista que ha provocado la muerte de más de dos mil personas, la huida de miles de familias en búsqueda de protección y el monstruoso uso de niños para llevar a cabo atentados en lugares públicos.
La Comunidad de Sant'Egidio –que ya ha participado en las marchas de solidaridad de París y de muchas otras ciudades europeas tras los ataques de las semana pasada, manifestándose a favor de una Europa unida en su diversidad– ahora hace un llamamiento a todo el mundo para no olvidar o, en todo caso, poner en segundo plano el drama que están viviendo poblaciones enteras de Nigeria, tanto cristianas como musulmanas. Haber utilizado niños y niñas como kamikazes demuestra que han llegado a un nivel de violencia inaceptable para cualquier cultura, civilización y religión.
La oración de mañana, que contará con la participación de la comunidad nigeriana y del movimiento Gente de Paz, que fomenta la integración en nuestro país y en Europa, además de recordar que nunca se puede matar en nombre de Dios, quiere relanzar una movilización a todos los niveles para que se haga todo lo posible para poner fin a una tragedia que parece no tener fin. Y para denunciar ante la comunidad internacional el grave peligro que constituye para todos la inestabilidad en Nigeria y en los países del Sahel.
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