Después de la gran tragedia de la muerte de cientos de emigrantes en el Mediterráneo, Matthew, un amigo congolés "sin techo" que duerme entre cartones en la estación del Norte de Barcelona, emocionado por las noticias se preguntaba: "El naufragio del Titanic todavía se recuerda después de 80 años y se ha hecho incluso una película. ¿Quién se acordará del naufragio del lunes?".
Para recordar y construir una sociedad más acogedora, Sant'Egidio, con los "Jóvenes por la Paz" y los "nuevos europeos" de las Escuelas de Lengua y Cultura, ha organizado momentos de solidaridad y oración en Barcelona, Madrid, Manresa y Tarragona. Se han sumado también otras organizaciones que trabajan con los inmigrantes.
En la oración resonaron los testimonios de los "nuevos europeos" que emprenden el camino del mar para llegar a Europa. Aliou, de Senegal, viajó hace 9 años poniendo en peligro su vida con su hermano, durante 13 días, entre Senegal y las islas Canarias y destacó que se salvó gracias a "una mano tendida en los momentos difíciles". Tarek, que llegó de Siria hace dos años, pedía que sus conciudadanos "puedan vivir en paz como yo”.
Omarou, de Burkina Faso, tras un peligroso viaje, conoció a Josep, un anciano cuya amistad lo salvó de la desesperación y de la soledad.
Algunos amigos de la Escuela de Lengua y Cultura recordaron a sus parientes que han muerto en el mar los últimos meses. |