Cientos de romanos se han reunido esta tarde, invitados por la Comunidad de Sant'Egidio, en el patio de la parroquia de San Bernabé, en Tor Pignattara, a pocos metros del lugar en el que hace pocos días, Zhou Zeng y su hija fueron asesinados, cuando, tras haber cerrado el bar en el que trabajaba la familia, volvían a casa.
Un acto de violencia inaceptable al que mucha gente decidió contestar con un gesto de paz: la oración y luego una breve procesión hasta el lugar del asesinato donde se depositaron flores y velas.
Entre la gente había hombres y mujeres de todas las edades, muchos niños, los parroquianos de la zona, y algunos parientes de las víctimas. Juntos para decir no a cualquier violencia.
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