La Comunidad de Sant'Egidio manifiesta su preocupación por el secuestro del padre Hanna Jallouf y de un grupo de jóvenes cristianos de su parroquia que se produjo hace unos días en Knayeh, en el valle del Orontes.
El padre Hanna, franciscano sirio, amigo de la Comunidad de Sant'Egidio, es el párroco de Knayeh y de los cristianos de los pueblos del alto valle del Orontes, en Siria. Se trata actualmente de unas 700 familias de cristianos que no han huido y que se han quedado en la zona, unas 2.000 personas.
Para ellos el padre Hanna ha continuado trabajando abriendo algunos centros para el reparto de ayuda, especialmente alimentos y material sanitario, en toda la zona.
El valle del Orontes, especialmente la parte alta que está cerca de la frontera entre Turquía y Líbano, donde está Knayeh, ha sido escenario desde el inicio de la crisis siria de numerosos enfrentamientos entre las tropas del Gobierno de Damasco y los grupos opositores.
Está controlada en gran parte, desde hace meses, por los grupos que se oponen al régimen de Bashar Assad. Es especialmente fuerte la presencia de grupos de Al Nusra.
La comunidad cristiana local y el padre Hanna habían convivido hasta ahora con estos grupos, con los que habían instaurado un diálogo.
La desaparición y el presunto secuestro del padre Hanna y del grupo de unos 20 jóvenes parroquianos suyos ha sido un acto totalmente inesperado y demuestra el deterioro de la situación en Siria y especialmente de las minorías cristianas.
La Comunidad de Sant'Egidio trabaja para buscar una solución humanitaria para el drama sirio, como propuso Andrea Riccardi en su llamamiento por Alepo ciudad abierta, al mismo tiempo que espera que una rápida y positiva conclusión del secuestro del padre Hanna, hombre de diálogo apreciado por todas las componentes religiosas y políticas de su región, pueda ser un primer y significativo paso hacia el restablecimiento de una convivencia pacífica con la liberación de todos los que actualmente están secuestrados. |