LA ASSISTENCIA DOMICILIARIA
Como intervenimos
Características peculiares de la asistencia domiciliaria son la relación personal, la gratuidad, la continuidad, la flexibilidad, el trabajo en equipo y la activación de todos los recursos disponibles.
La relación personal:
La amistad, expresada como cercanía, es la modalidad que ha permitido penetrar con profundidad en el mundo de los ancianos, no como una categoría de "asistidos" sino como personas. relación personal, madura, de mutua confianza es la premisa esencial de cualquier intervención, ya que permite comprender a las personas en su individualidad, no como categoría, sino como personas con su propia historia particular. En la amistad y en la relación personal es posible el encuentro entre generaciones diferentes que a menudo se cree imposible o difícil.
La gratuidad:
La gratuidad distingue esta amistad que no busca nunca la propia recompensa y que no tiene otra finalidad que el bien de los demás. Precisamente es la gratuidad la que genera un acercamiento sin prejuicios, fiel y paciente, que no busca un resultado inmediato o un contracambio. Permite no considerar en clave institucional las necesidades y no dar respuestas precodificadas, no personalizadas.
La continuidad:
La presencia de la Comunidad de Sant'Egidio en el mundo de los ancianos se caracteriza, sobretodo, por la continuidad de la relación con el anciano, que nunca es ''dado de alta". No son pocos los ancianos que conocemos y seguimos desde hace más de quince / veinte años. La relación constante y continua entre los más jóvenes y ancianos se ha convertido, de hecho, en elemento fundamental del servicio.
Muy a menudo, en efecto, los ancianos experimentan en su vejez, con el agravamiento de las condiciones físicas, el paso de un servicio público a otro y se ven obligados a cambiar referencias importantes en los momentos más críticos. La continuidad es para los ancianos garantía para vivir más tiempo. La perduración de una amistad con los años se califica a menudo como el único indispensable punto de referencia en los momentos de crisis y dificultades.
La flexibilidad:
La continuidad necesita además la disponibilidad y la capacidad de modificar y de adaptar en el tiempo, con relación al cambio de la situación del anciano, nuestra ayuda. Esta flexibilidad nos permite responder ágilmente a las exigencias más diversas. Por ejemplo, nuestra presencia, en caso de necesidad, puede llegar a ser de 24 horas.
Trabajo de equipo:
Ningún voluntariado, aún viviendo una intensa relación personal con el anciano, actúa solo. Existen momentos comunes que hacen posible que otras personas conozcan a los ancianos. Es natural, pues, la implicación de muchas personas de la Comunidad en caso de necesidad.
Activación de todos los recursos
La interacción, la coordinación de todas las fuerzas sociales, desde las institucionales a las informales, son momentos decisivos para permitir al anciano poder vivir hasta el final en su ambiente. Así puede contar con la ayuda de la propia familia pero también con algunos servicios que provean a necesidades particulares y con una red de relaciones ricas y variadas. En efecto, quien se relaciona con ancianos experimenta pronto lo difícil que es afrontar sólo las necesidades de quien no es autosuficiente. Colaborar, coordinarse agrupando las diferentes aportaciones, crear una red de solidaridad y de protección formada por los servicios públicos, el voluntariado, la familia, los vecinos, permite felices soluciones. Por otra parte es frecuente constatar como un anciano solo está cada vez más solo: quien está cerca de él no se anima a intervenir por miedo a tener que asumir un gasto asistencial insostenible. Un anciano que tiene un amigo, que tiene un punto de referencia es un anciano que más fácilmente recibe varios tipos de ayudas. Cuando empezamos a visitar a un anciano, con el tiempo vemos mejorar la calidad general de sus relaciones: los vecinos empiezan a estar disponibles para pequeños pero decisivos servicios, la familia se hace más cercana y menos ansiosa, etc. Se recrea un tejido humano alrededor de un anciano aislado: la gratuidad de una amistad es estímulo y esperanza para muchos.