El cardenal Tarcisio Bertone SDB, Secretario de Estado, intervino esta mañana en la apertura de la VIII Conferencia Internacional sobre el SIDA que tiene lugar en el Instituto San Gallicano de Roma y cuyo tema es “Vivan las madres, vivan los niños”.
El purpurado afirmó que la mortalidad materna en África está ligada, en un alto porcentaje, al Sida. “No podemos seguir tolerando la muerte de tantas madres -exclamó- , no podemos pensar en miles de niños como en una generación perdida. Nada se ha perdido: África tiene energías suficientes y es el continente de la esperanza. Por esto se nos pide un esfuerzo común para proteger a las mujeres en su función de madres”.
“La Iglesia, presente en los países donde se manifiesta esa epidemia, está muy preocupada por este gran drama de nuestra época. Es un drama que se traga tantas vidas humanas, que debilita a sociedades enteras y quema el futuro. ¡Hay que hacer más! Cuanto más la infección progresa entre las mujeres, que son el pilar de la familia y de la comunidad, más aumenta el peligro de derrumbe social en no pocos países. La enfermedad de las mujeres, de los niños, de los hombres, se transforma en enfermedad de toda la sociedad”.
El cardenal recordó que en la actualidad el 30% de los centros de cura del SIDA/VIH en todo el mundo son católicos y que las acciones concretas de la Iglesia en este campo abarcan “promoción de campañas de sensibilización; programas de prevención y educación sanitaria; ayuda a los huérfanos; distribución de medicinas y alimentos; ayuda a domicilio; hospitales, centros, comunidades terapéuticas para la cura y la asistencia de los enfermos de SIDA; colaboración con los gobiernos; cuidados en las prisiones; cursos de catequesis; elaboración de sistemas de ayuda en Internet; institución de grupos de apoyo al enfermo”.
“Quisiera lanzar un llamamiento a la comunidad internacional, a los Estados y a los donantes: ¡Demos a los enfermos de SIDA una cura gratuita y eficaz¡ ¡Que se permita el acceso universal a la cura! Empecemos partiendo de las madres y de los niños.
“En esta sede, en nombre del Santo Padre, me convierto en voz de tantas personas que sufren, de tantos enfermos que no tienen voz. No perdamos tiempo y que se inviertan todos los recursos necesarios. Los estudios y previsiones de la Organización Mundial de la Salud lo confirman: el acceso universal a las curas es alcanzable, científicamente probado y económicamente factible. No es una utopía, es posible. No podemos concebir un acceso a las curas sin tener en cuenta la debilidad -también económica- de la mayor parte de la población africana y de las mujeres. Es necesario un acceso gratuito a las curas”, concluyó el Secretario de Estado.
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