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COLECTA A FAVOR DE LAS VICTIMAS
DEL TERREMOTO EN EL SALVADOR

07/03/2001
Informe de
Giovanni Impagliazzo

 

San Salvador 7/3/2001
Primeras ayudas de la Comunidad de Sant'Egidio. 
El campamento de Cafetalon, la Escuelita de los ni�os, 
la situaci�n en las zonas rurales. Los ancianos.

IDurante estos d�as hemos podido visitar, junto a las personas de la Comunidad de Sant'Egidio de San Salvador, muchas zonas del pa�s. La situaci�n es grave y pone adem�s de manifiesto las contradicciones sociales de este pa�s. En la capital se nota que la vida se ha reanudado con normalidad: las oficinas est�n abiertas, durante esta semana las escuelas volvieron a abrir sus puertas, las calles son transitables, las tiendas exponen todo tipo de mercanc�as. 

Pero basta con acercarse al barrio de Santa Tecla, en la periferia, para entrar en otro mundo. Es en Santa Tecla donde el terremoto ha golpeado con m�s intensidad: toda una colina densamente poblada ha sido evacuada despu�s de que un desprendimiento destruyera m�s de mil casas acabando con la vida de unas 450 personas.

En las cercan�as de la colina se ha levantado un gran campamento, "El Cafetalon" para acoger a los damnificados de Santa Tecla y de las aldeas de la zona. Se dice que a d�a de hoy viven aproximadamente unas 10.000 personas en este campamento, pero nadie sabe con certeza cu�nta gente se refugia all�, porque cada d�a llegan nuevas familias y otras se marchan a la b�squeda de un lugar m�s digno.

En el campamento falta agua y comida, y no se ha habilitado ninguna infraestructura que permita un vida m�nimamente digna. Como mucho, los sin techo reciben un saco de frijoles que deben cocinar junto a la tienda con fuegos improvisados, con el consecuente riesgo de incendio.
Las tiendas, levantadas a escasa distancia unas de otras, son peque�as y muy bajas. En medio de ellas corren miles de ni�os junto a gallinas, perros, patos y otros animales de granja que los damnificados han llevado consigo.

El campamento est� expuesto al sol y est� envuelto permanentemente en una nube de polvo muy molesta. Muchos ni�os empiezan a padecer dermatitis difusas e infecciones oculares provocadas por una larga exposici�n al sol, por el polvo y por la falta de higiene debido a la escasez de agua.

Despu�s de haber visitado "El Cafetalon", la Comunidad ha pensado inmediatamente en comprometerse en el servicio a los ni�os. Por este motivo, desde hace un mes, cuatro veces por semana se hace una Escuelita por las tardes, una escuela popular a la que vienen unos 140 ni�os de diferentes edades.

A d�a de hoy la Escuela Popular se hace en los bordes del campamento, bajo algunos �rboles. Hay un sector, o mejor dicho, un �rbol, para los ni�os por debajo de seis a�os y otros �rboles re�nen a ni�os agrupados en clases. En medio de la confusi�n del campo estos ni�os est�n deseosos de aprender y de estudiar. A pesar de que el entorno no sea confortable y deban escribir apoyados sobre sus rodillas, manifiestan con fuerza el deseo y la alegr�a de aprender. Muchos de ellos provienen de peque�as aldeas o de casas dispersas por las colinas de cafetales que rodean la capital, y nunca han ido a un colegio. De esta manera, en medio de las dificultades del campamento han vivido su primera experiencia de "escuela".

Para ellos es verdaderamente una fiesta, porque cada tarde se concluye con cantos y una buena merienda. Es tambi�n una atracci�n para los adultos, muchos de los padres de los ni�os se acercan durante la escuela y t�midamente piden poder seguir estudiando con sus hijos, incluso en otros momentos, para que aprendan a leer y escribir. Pronto se levantar� una gran tienda para poder acoger a m�s ni�os.

He visitado tambi�n muchas aldeas de la zona occidental del pa�s, devastadas por el terremoto del 13 de enero. Aqu� la situaci�n es grav�sima. Muchas aldeas est�n completamente arrasadas, los mayores da�os los han sufrido los m�s pobres, que normalmente eligen construir sus casas en terrenos en pendiente, accidentados, para no ocupar con su casa la escasa tierra cultivable. El se�smo ha provocado el deslizamiento de estos terrenos y sus casas han sido sepultadas junto a sus escasas pertenencias. En la di�cesis de Sonsonate casi todas las iglesias de la �poca colonial han sufrido numerosos da�os: la misma catedral, del 1700, ha sido completamente destru�da. En esta di�cesis se ha realizado la primera distribuci�n de ayudas de la Comunidad de Sant'Egidio: un signo de esperanza en una zona especialmente apartada, a la que dif�cilmente llega la ayuda del estado y de la solidaridad internacional.


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