Han pasado tres años desde aquel terrible 3 de octubre de 2013, cuando 368 personas, mayoritariamente mujeres y niños eritreos, perdieron la vida en un naufragio en alta mar ante las costas de Lampedusa. Fue una tragedia que mostró al mundo el drama de muchas personas que huyen de sus países impulsadas por la esperanza de encontrar paz y condiciones de vida dignas.
Tres años después, todavía hay muchos refugiados que pierden la vida durante la travesía del Mediterráneo.
Nosotros no olvidamos, gracias a los muchos jóvenes de la Comunidad de Sant'Egidio que en los puertos sicilianos dan la bienvenida a los refugiados que salva la Marina Militar y a los testimonios de los supervivientes, como el de Tadese, joven eritreo que se salvó el 3 de octubre de 2013 y fue acogido por la Comunidad de Roma. (Sus palabras)