Una iniciativa "extremamente visionaria; un modelo conveniente y que debe expandirse; una dimensión compleja que hay que generalizar; una filosofía basada en el principio de subsidiaridad, que se propone romper la soledad de las personas". Por último, pero no por eso menos importante, un programa que requiere "un uso reducido de recursos, con ahorros significativos para el servicio sanitario nacional que hoy está ante un problema de sostenibilidad" debido tanto a la crisis económica como a la evolución demográfica. Así elogió la ministra de Salud Beatrice Lorenzin el programa "Viva los ancianos" que aplica desde hace diez años en tres barrios del centro histórico de Roma la Comunidad de Sant'Egidio gracias a su red de voluntarios, trabajadores de barrio y servicios de proximidad. Un programa, ha dicho el presidente de Sant'Egidio, Marco Impagliazzo, que da "una respuesta verdadera a los problemas de hoy, porque rompe el aislamiento de los ancianos con una red de solidaridad que contribuye a crear una cultura nueva que Italia necesita para salir de la crisis, y que activa mecanismos de emulación inesperados".
Durante el congreso celebrado en el hospital de San Gallicano se trazó el balance de diez años de "Viva los ancianos" en presencia de autoridades regionales y locales del sector, los distintos operadores y partners de la iniciativa. El demógrafo Gienpiero Dalla Zuana habló de una "acción visionaria que mira hacia un futuro sostenible del bienestar, que utiliza las tecnologías más sofisticadas y favorece la prevención de los problemas que se derivan de una transición demográfica que en 30 años ha cambiado el rostro del país alargando en diez años, de 70 a 80, la esperanza de vida de la población". Alessandro Del Bono, administrador delegado de Mediolanum Farmaceutici, patrocinador de la manifestación, destacó el mérito del programa al haber "encontrado varias estrategias para no dejar solos, desde el punto de vista humano, social e incluso sanitario, a aquellos que han construido nuestra sociedad y nuestro país. El programa es también una exhortación a los jóvenes, para que recuerden que vale la pena ocuparse de los ancianos, qeu constituyen una riqueza insustituible".
Giuseppe Liotta, de la Universidad Tor Vergata, ilustró la evolución del programa en sus diez años de vida, durante los cuales ha ido representando "una novedad destacable que enriquece el panorama de las opciones asistenciales con una intervención ágil, de bajo coste, pero potencialmente capaz de ofrecer grandes oportunidades de ahorro y de reubicación de los fondos dedicados a la asistencia". En definitiva, "un ejemplo de éxito de lo que podemos denominar transición asistencial, es decir, el paso a servicios personalizados y domiciliarios capaces de hacer la vida de los más ancianos, más sencilla, más acompañada y en ese sentido, mejor". Rita Cutini, consejera municipal de apoyo social y de subsidiaridad de Roma, habló de una "idea ganadora" que ha "encontrado y puesto a la práctica un modelo de protección social para la población anciana, en la era de la longevidad, que puede cambiar el rostro de nuestras ciudades". El escritor Andrea Camilleri manifestó mediante una grabación de vídeo su reconocimiento del programa "Viva los ancianos".
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