El domingo 7 de diciembre Marco Impagliazzo fue reelegido Presidente de la Comunidad de Sant'Egidio. Profesor de Historia contemporánea en la Universidad para extranjeros de Perugia, Impagliazzo, presidente saliente, fue elegido con un amplio consenso de los representantes de los distintos núcleos de Sant'Egidio de todo el mundo. La elección de este año refleja el crecimiento de la Comunidad, que nació en Roma en 1968 por obra de Andrea Riccardi y que se ha extendido por todos los continentes: en la asamblea electoral, que se celebró en Roma –y en conexión por streaming con muchas ciudades italianas, europeas, americanas, africanas y asiáticas– participaron 220 delegados.
La Comunidad de Sant'Egidio, Asociación Internacional Pública de Laicos reconocida por la Santa Sede y por numerosos organismos internacionales, como la ONU y la Unión Africana, está presente en 73 países del mundo y cuenta con la participación activa de más de 60 mil personas y la colaboración de miles de voluntarios. Sus campos de acción son, en todas partes, la comunicación del Evangelio, la solidaridad con los pobres y la construcción de la paz, como destacó también el papa Francisco durante su visita a la Comunidad el pasado 15 de junio: "Continúen por ese camino: oración, pobres y paz. Caminando así ayudan a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad, que es la verdadera revolución". Al dar las gracias a la asamblea que renovó su mandato, Marco Impagliazzo anunció que quería continuar su trabajo precisamente en la dirección indicada por el Papa (oración, pobres y paz), y teniendo en cuenta la presencia de la Comunidad en el mundo, que ha conocido a lo largo de estos años, declaró estar "impresionado por la amplitud de sus confines y por los importantes desafíos que le esperan".
Se trata de un compromiso por el que Sant'Egidio está en primera línea de importantes campañas, como la que impulsa en Europa contra toda forma de racismo y exclusión hacia los inmigrantes y los más pobres o como la que lleva a cabo en África y en América contra una violencia urbana cada vez más extendida. Las Comunidades de Sant'Egidio de distintos lugares del mundo participan en un trabajo de sensibilización hacia las franjas más débiles de la población, desde los ancianos abandonados hasta los discapacitados o con una presencia importante en las cárceles para mejorar las condiciones de vida de los presos en Europa, África y en otros lugares. Una red capilar de "Escuelas de la Paz" se ocupa, en todos los continentes, de defender los derechos de los menores, empezando por la inscripción en el registro civil y por la escolarización. Uno de los programas más conocidos es el programa "Dream" para la prevención y el tratamiento del sida, que asiste a 260 mil personas en 10 países africanos.
La construcción de la paz es uno de los objetivos prioritarios, porque "la guerra es la madre de todas las pobrezas". De esa convicción nació, con los años, el trabajo en numerosas obras de mediación, desde la más conocida que llevó en 1992 a la paz en Mozambique, hasta muchas otras negociaciones en varios continentes. Una de las últimas iniciativas ha sido el llamamiento para "salvar Alepo" (llamamiento lanzado por Andrea Riccardi y que ha granjeado importantes adhesiones) a favor de un corredor humanitario que libre del asedio provocado por la guerra civil en curso a la histórica ciudad siria, lugar secular de convivencia entre musulmanes y cristianos de distintas confesiones.
|