El domingo 4 de enero se celebró en Mutarule, en la región de Uvira, en el sur de Kivu, un día de oración por la paz que reunió a todas las religiones y alas diferentes confesiones cristianas presentes en el territorio.
Apenas un año antes, en aquella misma zona se produjeron enfrentamientos interétnicos entre Bafuliru y Barundi que provocaron 36 muertos.
La iniciativa de la Comunidad de Sant'Egidio y del obispo de Uvira, monseñor Sebastien Muyengo, fue la ocasión de devolver esperanza a una zona que el odio y la violencia han convertido en inhóspita y en desierto, y para lanzar un movimiento por la paz y la convivencia entre etnias, demostrando que la religión no se puede manipular para desencadenar la guerra. Todas las tribus de la zona estaban presente y firmaron con los representantes religiosos el llamamiento de paz de 2015 promovido por la Comunidad: "Paz en todas las tierras".
Estaban presentes, junto con el obispo católico, los representantes de la Comunión Anglicana, de la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Alejandría, la Iglesia luterana, pentecostal y Kimbanguista, los representantes del islam, así como los jefes locales y el administrador del territorio con el procurador general del Tribunal de Uvira y los jefes de las fuerzas armadas del Gobierno presentes en el territorio.
Tras la firma, los líderes religiosos, en procesión, se dirigieron al cementerio donde depositaron flores y encendieron velas para recordar a las víctimas y dejar un recuerdo para que aquellas masacres no se repitan jamás. |