“Oración, pobres y paz”: estas tres palabras, pronunciadas por el papa Francisco el 15 de junio de 2014 en la basílica de Santa Maria in Trastevere, han sintetizado mejor que cualquier otro discurso la presencia de la Comunidad de Sant’Egidio en el mundo. Y precisamente la visita del papa Francisco a la Comunidad, el encuentro con miles de jóvenes, adultos y ancianos de toda condición social, que son "el pueblo de Sant'Egidio" de Roma, fue el acontecimiento más importante del año apenas terminado. "Aquí –dijo el Papa citando el saludo inicial de Andrea Riccardi– se confunde el que ayuda y el que es ayudado". A quienes le escuchaban en la basílica, en la plaza y en la iglesia de Sant'Egidio, Francisco les indicó un estilo de trabajo y una meta para el futuro: "Caminando así ayudan a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad –que es la verdadera revolución, la de la compasión y la ternura–, a hacer crecer la amistad en lugar de los fantasmas de la enemistad y de la indiferencia".
Intentemos, pues, declinar un año de actividad de la Comunidad de Sant'Egidio –desde el febrero pasado hasta hoy– precisamente a la luz de las palabras que pronunció el papa Francisco.
Una oración que acoje a todos
La oración de Santa Maria in Trastevere (cada tarde a las 20.30) ha acogido este año a un número cada vez mayor de personas, no solo de la Comunidad, sino también a muchos que la han acompañado, constituyendo un puerto para quien busca paz, justicia y un mundo mejor o pide protección para sí mismo o para sus seres queridos. Se trata solo del lugar de oración más conocido, porque hay muchos más en distintos barrios de Roma, en muchas ciudades de Italia, de Europa y del mundo.
Recordar a quien es víctima de la violencia y de la indiferencia
En el año apenas terminado ha habido algunos actos especiales, como la oración ecuménica en recuerdo de aquellos que han dado su vida por el Evangelio, presidida por el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, al inicio de la semana santa. O la vigilia en San Bartolomé de la Isla Tiberina, el 26 de abril, para la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II; la oración por las víctimas de los "viajes de la esperanza" desde una orilla a otra del Mediterráneo (en Mineo el 28 de mayo, en Catania el 11 de julio, en Lampedusa el 3 de octubre, por el primer aniversario de la muerte en el mar de 366 personas); la oración (en Roma y en otras ciudades italianas y europeas) en recuerdo de Modesta, la "santa" de los sin techo, que murió después de que una ambulancia se negara a socorrerla.
Amigos de los pobres durante todo el año
"Se empieza a cambiar la sociedad a partir de los pobres y de los ancianos", dijo el Papa en Trastevere. Es decir, empezando por los más débiles, por los que son "descartados" por la sociedad, como añadió el papa Francisco. Desde su nacimiento, la Comunidad de Sant'Egidio decidió ser amiga de los pobres (menores con problemas, ancianos solos, discapacitados, detenidos de muchas cárceles del mundo, niños de la calle de las ciudades africanas y latinoamericanas). Un trabajo que este año ha crecido, entre otros motivos, por el aumento de la pobreza que afecta a Italia y a toda Europa. Así lo demuestran las ya tradicionales comidas de Navidad en las que participa todo el pueblo de Sant'Egidio, tanto quien ayuda como quien es ayudado: el 25 de diciembre de 2015 se sentaron a las mesas preparadas de la Comunidad 181.000 personas en 78 países del mundo. Solo en las ciudades italianas las comidas de Navidad fueron 362 (el año anterior fueron 229, lo que demuestra el aumento de la pobreza). También miles de presos participaron en la iniciativa en sus lugares de detención.
En diciembre de 2014 la difusión de la guía "DÓNDE comer, dormir y lavarse", para las personas sin casa, se extendió a nuevas ciudades italianas y europeas. En la presentación de la edición romana, el presidente de la Comunidad, Marco Impagliazzo, denunció la especulación sobre los pobres, que se ha visto con las recientes investigaciones de la magistratura, y la "criminalización de los pobres, porque se ha asociado el tema de la pobreza, injustamente, con el tema de la degradación". El fundador de Sant'Egidio, Andrea Riccardi, también lanzó una propuesta de una "Constituyente para Roma", para lanzar una idea sobre la ciudad que fomente la calidad de vida y la integración entre su centro y su periferia.
Otra obra de la Comunidad, que ha crecido este año, es la ya amplia red de Escuelas de la Paz –a las que el papa Francisco saludó en el Angelus del uno de enero– que en todos los continentes, desde Europa hasta las bidonvilles africanas y latinoamericanas, llevan a cabo un programa de educación a la paz y a la convivencia.
El trabajo por la paz y el llamamiento para salvar Alepo
El papa Francisco calificó de "trabajo de artesanos pacientes" la principal característica del trabajo por la paz llevado a cabo por Sant'Egidio. También a este respecto los ejemplos de 2014 son numerosos: República centroafricana, Casamance, Mindanao (en Filipinas) y Siria, han sido algunos de los lugares de conflicto para los que la Comunidad ha intentado ejercer una mediación que empieza con la amistad con los pobres que viven y que son las primeras víctimas de la guerra. En dos ocasiones durante al año pasado, el 20 de mayo y el 8 de noviembre, el presidente de la Comunidad Marco Impagliazzo ilustró el "método de Sant'Egidio" en las Naciones Unidas, reuniéndose con el Secretario General Ban Ki-Moon y sus más íntimos colaboradores, con los que habló de la moratoria de la pena de muerte, del papel de las religiones para la paz y del apoyo que los pueblos, además de los Estados, deben dar a las iniciativas de la ONU. "La paz –afirmó Impagliazzo– debe convertirse en algo popular, no la guerra".
El 2014 ha sido el año que ha visto avances decisivos de paz en Cuba, donde hace años que la Comunidad lleva a cabo un precioso trabajo de reconciliación y de diálogo; por el contrario, la paz ha retrocedido peligrosamente en el este europeo, entre Rusia y Ucrania, donde poblaciones cristianas luchan entre sí. Al inicio de la crisis en aquel país, el 9 de abril de 2014, por invitación de la Comunidad de Sant’Egidio, fieles ortodoxos, católicos latinos, grecocatólicos y luteranos, se reunieron en la catedral latina de San Alejandro de Kíev. Desde entonces, en la misma iglesia, cada mes las distintas confesiones cristianas, convocadas por Sant'Egidio, continúan rezando juntas por la paz. Pocos días antes, el 21 de marzo en Roma, se celebró un congreso sobre el servicio a los pobres como factor propulsor del ecumenismo, con la participación de representantes del Patriarcado de Moscú y de la Iglesia ortodoxa ucraniana. De paz y de diálogo ecuménico habló en Moscú con el patriarca de todas las Rusias, Cirilo, el fundador de la Comunidad, Andrea Riccardi, el pasado 3 de noviembre.
La atención por los acontecimientos de Siria y de Iraq estuvo este año en el corazón de la Comunidad, empezando por la oración incesante para la liberación de las personas secuestradas, entre las que hay algunos amigos de Sant'Egidio como los dos obispos de Alepo, Mar Gregorios y Paul Yazigi, y el padre Paolo Dall'Oglio. El pasado junio Andrea Riccardi lanzó "Save Aleppo", un llamamiento (con miles de adhesiones) a la comunidad internacional para salvar aquella antigua ciudad siria, lugar de milenaria convivencia y hoy escenario de una guerra que no parece tener fin.
El papel de las religiones en la construcción de la paz
El papel de las religiones para construir y mantener la paz ha sido también este año una iniciativa constante de la Comunidad. El 19 de febrero pasado, en un congreso en Roma sobre "Las religiones y la violencia", Marco Impagliazzo y Jerry White, diplomático del departamento de Estado americano y Nobel por la paz en 1997, hablaron junto a personalidades cristianas, judías y musulmanas de un "pacto común de las religiones, de las culturas y de las diplomacias por la paz", en referencia a los escenarios de crisis más preocupantes: Siria, Oriente Medio, Pakistán, Irán, Iraq y la África de los mil conflictos.
“Peace is the future" fue el tema del anual Encuentro Internacional Hombres y Religiones, que del 7 al 9 de septiembre de 2014 se celebró en Amberes, en Bélgica, cien años después del inicio de la Primera Guerra Mundial. En el Llamamiento de Paz, que se lanzó al final del congreso, se lee entre otras cosas: "Las religiones pueden hacer mucho: dar corazón y alma a la búsqueda de la paz como destino común de todos los pueblos". Y también: "Hoy asumimos la responsabilidad de la paz cuando muy pocos sueñan la paz...".
Al trabajo por la paz y al desarrollo se pueden asociar los dos programas internacionales que promueve Sant'Egidio: BRAVO, para inscribir en el registro civil a los niños de países africanos, orientado a proteger a los menores del peligro del anonimato y de la consiguiente posible explotación; y DREAM, el programa de tratamiento del sida, presente en diez países del África subsahariana, que el año pasado llevó a cabo también actuaciones de prevención del ébola.
Marco Impagliazzo es reelegido presidente de la Comunidad
El 7 de diciembre de 2014 Marco Impagliazzo fue reelegido presidente de la Comunidad con un amplio consenso de los representantes de los distintos núcleos de Sant'Egidio de todo el mundo. El nuevo Consejo de presidencia refleja en su composición la difusión de la Comunidad en el mundo: actualmente Sant'Egidio está presente con su trabajo a favor de los más débiles en 73 países, con la participación activa de más de 60 mil personas, todas voluntarias, además de miles de amigos y simpatizantes. |