Representantes Católicos, Luteranos y Anglicanos, se dieron cita en la Comunidad de Sant’Egidio de El Salvador, para elevar una oración Ecuménica en memoria del segundo aniversario de la beatificación de beato Óscar Romero obispo y mártir salvadoreño.
En un acto solemne, lleno de fervor y reverencia, el legado y la beatificación de Monseñor Romero trascendió a las diferentes iglesias cristianas. “Monseñor Romero es el ejemplo de un pastor bueno que se quedó con su pueblo hasta derramar su sangre. Romero comprometió su vida a tal punto que para él ya era imposible escapar del martirio por fidelidad a Dios y a su pueblo”, afirmó Jaime Aguilar, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en San Salvador.
El objetivo del evento, es recordar juntos a Romero en el segundo aniversario de su beatificación y, junto a él, también hacer memoria de tantos que han dado su vida por el Evangelio; y, una memoria particular, por aquellos que todavía hoy en tantas partes del mundo sufren la persecución y el odio, pues son mártires contemporáneos y están en el corazón de la iglesia, la cual, según el Papa Francisco, es una iglesia de mártires.
El obispo de la Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador, David Alvarado, comenta que para los anglicanos no ha sido difícil reconocer la santidad del beato Monseñor Romero, por lo que lo eleva a las alturas y reconoce su legado. “Nos alegra estar celebrando el segundo año de su beatificación y rogamos a Dios para que un día pueda ser canonizado”, afirmó. “Además sabemos que Romero no es solamente de la iglesia católica romana, sino, que es de todo el mundo y este es un don que Dios ha dado para este país”.
Hay mucho que hacer. Hay una violencia y desigualdad terrible y eso lo quiso evitar Romero con su discurso, el cual sigue vigente. Debemos trabajar para que ese amor, entrega y pasión con la que él vivió esté siempre con nosotros. “Romero es el santo de una nueva pasión de amor que nos involucra a todos, que nos interpela, que nos quiere hacer intervenir a cada uno de nosotros”. Afirmaba Aguilar.
El llamado sería a que el pueblo salvadoreño lleve como legado el trabajo de Monseñor Romero. “Para nosotros como religiosos es importante ver el tipo de pastoral que llevaba. Él era un pastor y nosotros queremos ser como él”, sostuvo Alvarado. Sin embargo, representantes de la Iglesia coinciden en que Romero ya en los altares se le puede mirar mejor e imitarlo. Hoy mas que nunca debe estar cercano a la gente.