Anoche, tras una grave enfermedad, falleció a los 63 años el obispo Leon Lemmens, auxiliar de Malines-Bruselas, acompañado por sus amigos de la Comunidad.
Durante sus estudios en Roma en los años 70 Leon conoció la Comunidad y empezó a servir a los pobres y a celebrar la liturgia en la periferia romana, primero en el barrio del Trullo y luego en de Serpentara.
De vuelta a Bélgica, en su diócesis de Hasselt, además de sus compromisos diocesanos trabajó con la Comunidad por la paz y por el diálogo interreligioso, en África y en Indonesia.
Entre 2004 y 2011 volvió a vivir en Roma, donde trabajó en la Congregación de las Iglesias Orientales y donde posteriormente fue rector primero del Seminario Rumano y luego del Seminario de la Fraternidad Sacerdotal Misionera de Sant’Egidio. En estos años nunca ha abandonado su trabajo pastoral en la periferia romana y con los pobres.
En 2011 el papa Benedicto XVI lo nombró auxiliar de la diócesis de Malines-Bruselas, cargo que desempeñó con pasión y entusiasmo. El obispo Leon ha tenido siempre una mirada universal para la Iglesia, ha viajado a muchos países y el verano pasado estuvo en Goma (en el Kivu) para predicar los ejercicios espirituales al clero. En aquella ocasión visitó la tumba de Floribert Bwana Chiu, mártir de la corrupción. En septiembre de 2016 participó en la Oración por la Paz de Asís, donde tuvo la ocasión de saludar al papa Francisco y de acompañar al patriarca Bartolomé.
Su trato amistoso, cordial, siempre dispuesto a escuchar y a dialogar, así como su fidelidad a la amistad le han granjeado el cariño de muchos. Durante los meses de enfermedad, que vivió con paciencia y con fe, siempre estuvo acompañado por el cariño de sus amigos y familiares.
Hoy la Comunidad de Sant’Egidio, en la tristeza por esta separación, se une en la oración a todos los que lo han amado y ayudado en estos años, recordando a un pastor bueno y generoso, un cristiano sincero, con una mirada siempre abierta al mundo, amigo del Evangelio y de los pobres. |