Entre mil peligros sobre el terreno y en una situación todavía muy difícil, se producen los primeros resultados de la hoja de ruta hacia la paz en la República Centroafricana. Tras el desarme, hace unos días, de un primer grupo político-militar en la capital Bangui, en el día de ayer otros dos de los 13 movimientos que se habían sumado al pacto firmado en Roma el 19 de junio han empezado a entregar las armas en presencia de representantes del gobierno centroafricano, de las Naciones Unidas y de la Comunidad de Sant’Egidio, que en los últimos años ha propiciado el proceso de reconciliación en el país: primero en la ciudad de Bouar, donde algunos miembros del UFR (Union dels Forces Republicainies) entregaron metralletas, granadas, fusiles y munición, y luego en el pueblo de Zoumkombo, por parte de elementos del FCPC (Front Democratique du Peuple Centreafricaine".
Se trata de un primero pero significativo inicio del esperado desarme del país, que en las próximas semanas debería continuar con otros militares y grupos involucrados en el conflicto civil centroafricano según un programa nacional establecido entre las partes.
El pasado martes la Comunidad de Sant’Egidio mostró en Nueva York, en paralelo a la asamblea general que se celebra en el Palacio de Cristal, los últimos avances de la Hoja de Ruta para la República Centroafricana. En una reunión en la que participó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el presidente centroafricano Faustin-Archange Touadera y representantes de unos cuarenta países, el responsable de relaciones internacionales de Sant'Egidio, Mauro Garofalo, presentó inminentes avances en el proceso de paz. |