Theo Francken, ministro de Asilo y Migraciones, el cardenal Jozef De Kesel, arzobispo de Bruselas, y Hilde Kieboom vicepresidenta de la Comunidad de Sant’Egidio, firman hoy por la tarde un protocolo de acuerdo para la apertura de los corredores humanitarios. 150 sirios que actualmente están refugiados en Líbano y en Turquía podrán llegar a Bélgica en los próximos meses de manera legal y segura. Al llegar, los núcleos familiares –que se han seleccionado siguiendo criterios de vulnerabilidad ya aplicados en Italia y en Francia (víctimas de persecuciones, torturas y violencia, familias con niños, mujeres solas, ancianos, enfermos y personas con discapacidad)– serán alojados por Iglesias cristianas de varias confesiones, que se ocuparán también de su integración, desde enseñarles el idioma hasta ayudarles en la búsqueda de empleo.
Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, muestra «gran satisfacción y reconocimiento por la decisión del gobierno de Bruselas y por la implicación de las Iglesias de Bélgica al hacerse cargo de este proyecto de acogida» y comenta que «a Italia y a Francia, donde llegará otro grupo de refugiados el próximo 24 de noviembre, se le une hoy Bélgica, el país donde se encuentran la mayoría de instituciones europeas. Es un avance importante para la difusión en Europa de los corredores humanitarios, un modelo que ofrece una solución al drama de los refugiados que huyen de las guerras y que combina solidaridad, seguridad e integración».
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