En el comedor del Malterserhaus de Berlín no quedó ni un sitio libre en la mesa. Inmigrantes, personas sin techo, niños… en total más de cien personas provenientes de todas las partes de la ciudad quisieron celebrar junto al nuevo cardenal su ordenación.
También invitaron a la Comunidad de Sant’Egidio, que hace años que está cerca de los pobres con la Escuela de la Paz en el barrio de Neukölln y con un servicio para los ancianos que están en una residencia, a participar en la comida con algunos amigos.
El cardenal pasó mucho tiempo hablando con los niños de la Escuela de la Paz, interesándose por sus historias y pidiéndoles por sus proyectos de futuro. Dio las gracias a la Comunidad por el trabajo importante de integración de los pobres en el tejido social de la ciudad.
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