El domingo 25 de marzo, en Moscú, en la parroquia ortodoxa de los santos Cosme y Damián, los amigos de la Comunidad de Sant’Egidio organizaron una oración en memoria de todos los sin techo que estos años han muerto por las calles de la ciudad.
Este recuerdo se hace cada año desde 2006, tras la muerte por congelación de Lilia, una de las primeras personas sin techo que conocieron los amigos de la Comunidad de Sant’Egidio. Por desgracia en Moscú las calles todavía están cubiertas de nieve y la temperatura permanece bajo cero, por lo que muchos pobres de la ciudad este gélido invierno continúan sufriendo problemas, enfermedades y, en algunos casos, mueren por frío.
NNo hay datos exactos sobre cuántas personas han muerto este invierno en Moscú. Las cifras más optimistas hablan de al menos 35 muertos. Las organizaciones que trabajan en este ámbito afirman que son muchos más.
Hay que constatar, no obstante, que el número de muertes ha disminuido sensiblemente, gracias, entre otros motivos, a las iniciativas de sensibilización de las instituciones y los ciudadanos que los amigos de la Comunidad de Sant’Egidio han organizado en los últimos años. Por propuesta de la Comunidad de Sant’Egidio, con el apoyo de otras organizaciones ortodoxas que trabajan con los pobres, los días más fríos de este invierno se ha tolerado más la presencia de los pobres en las estaciones del metro, algo que no sucedía los años anteriores. Además, el ayuntamiento ha dispuesto puntos de ayuda en algunas zonas de la ciudad.
En la oración por los sin techo muertos en la calle participaron muchos pobres, pero también gente corriente, parroquianos, jóvenes universitarios y numerosos periodistas. Todos prepararon algo de comer para la merienda que se hizo tras la oración.
La conmoción de los pobres era visible en sus caras, pero era evidente también la esperanza de muchos amigos suyos que no se resignan a soñar y a trabajar por una ciudad más humana, en la que los sin techo sean acogidos con más humanidad.
Este año, por primera vez, al final de la oración, se hizo un acto especialmente significativo: se hizo una colecta para los pobres de Moscú y también para los pobres lejanos, especialmente para los enfermos de sida del programa DREAM de la Comunidad de Sant’Egidio.
Fue emocionante ver cómo también los sin techo colaboraron en la colecta y dieron todo lo que podían con extrema generosidad. Tal como se explicó en la presentación de la colecta, los amigos de la Comunidad de Sant’Egidio creen que no hay nadie tan pobre o tan débil que no pueda hacer algo, aunque sea poco, por los demás.
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