Fue un momento emocionante, el que ayer reunió a jóvenes de instituto y universitarios, adultos y sobre todo muchos amigos sin domicilio fijo en la iglesia de Irgalmasok, en el centro de Pécs (Hungría), para celebrar una liturgia en recuerdo de Miklós, un hombre sin domicilio fijo amigo de la Comunidad de Sant'Egidio que murió en 2003, y de todos los que no tenían una vivenda y han pedido la vida en las calles de la ciudad en los últimos años.
La liturgia, en la que se recordó a todos por su nombre, es también un signo de la amistad de la Comunidad de Sant'Egidio con los pobres, que saben que no están solos, sino que tienen una familia más grande que no les olvida. Para celebrar esa amistad después de la liturgia se reunieron en una gran comida con los jóvenes de la Comunidad. Fue una fiesta hermosa y sobre todo en un clima familiar.
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