Hace algunos días, personas no identificadas profanaron las tumbas judías del cementerio de Tatabánya, cerca de Budapest, con esvásticas y frases que ensalzan el nazismo y que provocan preocupación, como: "el Holocausto no existió pero existirá".
La Comunidad de Sant'Egidio manifiesta su indignación por lo sucedido y su plena solidaridad con las comunidades judías húngaras, tal como expuso Szőke Péter, de la Comunidad de Sant'Egidio de Budapest, en una carta que envió al presidente de las comunidades judías de Hungría, András Heisler:
D. András Heisler
Alianza de las comunidades judías en Hungría
Budapest
Señor Presidente,
En nombre de la Comunidad de Sant'Egidio querría manifestarle nuestra indignación por la reciente profanación de tumbas en el cementerio de Tatabánya. Cualquier ultraja a la piedad es de por sí grave y digno de ser condenado. Pero en el caso que nos ocupa es especialmente preocupante la frase con la que los profanadores prometen violencia explícita, la destrucción de los judíos. Además es especialmente doloroso que todo haya pasado casi al mismo tiempo que la fiesta nacional del 15 de marzo, día en el que se celebra el Renacimiento húngaro. El mensaje de dicha fiesta es la igualdad y la fraternidad. Es sabido cuánto se sacrificaron los judíos por la revolución y la lucha de independencia de 1848-49. Los autores del crimen de Tatabánya han ofendido no solo a los judíos sino a todos los húngaros, sus tradiciones y los ideales más nobles.
Los que han pintado esos execrables mensajes en las tumbas quieren devolvernos a las páginas más oscuras del siglo XX. Quieren envenenar el clima y hacer imposible la convivencia pacífica y civil. Pero nosotros queremos mirar hacia delante.
Cuanto más grave es la situación más necesaria es la esperanza. Los sembradores de odio no pueden prevalecer sobre los que quieren vivir en paz y en fraternidad. El papa Francisco, en su reciente mensaje a los participantes de la marcha en ocasión del 70 aniversario de la deportación de judíos romanos, escribe: "Que el recuerdo de las tragedias del pasado sea para todos compromiso a sumarnos con todas nuestras fuerzas al futuro que Dios quiere preparar y construir para nosotros y con nosotros".
La Comunidad de Sant'Egidio, mientras dice "no" al antisemitismo y a toda forma de odio, dice también "sí" a un futuro sin violencia, rico en humanidad y fraternidad. Esta quiere servir a dicho futuro con gestos e iniciativas concretos en nuestro país, en Europa y en el mundo. Como manifestaron los participantes del encuentro internacional juvenil en su manifiesto proclamado en Auschwitz-Birkenau el 21 de septiembre de 2012: "Queremos construir juntos un mundo sin violencia, con la inteligencia e la cultura y la fuerza del amor. Nace un movimiento de corazones que quiere contagiar a otros jóvenes como nosotros, para ser mejores y hacer más humanos nuestros países en una Europa de paz".
Querría, señor Presidente, transmitirle a usted y a todos nuestros compatriotas judíos nuestra solidaridad y amistad.
Szőke Péter,
Comunidad de Sant’Egidio
Budapest, 18 de marzo de 2014
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