La Comunidad de San Egidio, asociación católica conocida como la ONU de Trastevere por su mediación en conflictos, se ha volcado en la ayuda a la minoría musulmana de los rohinyá y destaca la importancia de la visita del papa desde el domingo a Birmania y Bangladesh para que cambie su situación.
San Egidio se desmarca de la tibieza de una parte de la Iglesia que aconseja a Francisco que no pronuncie la palabra rohinyá durante el viaje y ha comenzado a recolectar fondos en su página web (www.santegidio.org) para una primera misión de ayuda a esta minoría que huye de la persecución en Birmania (Myanmar).
El secretario general de Hombres y Religiones de esta asociación del barrio romano de Trastevere, Alberto Quattrucci, acaba de regresar de la primera misión de esta asociación y volverá en los próximos días con motivo de la visita de Francisco a Bangladesh.
"Desde la Comunidad de San Egidio estamos sensibilizados ante la situación de esta minoría musulmana, que es en realidad un grupo enorme, y que desde hace varios años, pero desde agosto de manera alarmante, busca refugio en Bangladesh y son al menos 640.000 los que han llegado últimamente y siguen llegando", explica a Efe.
Quattrucci dice que se trata de un "pueblo de niños" porque al menos 300.000 de los que han llegado a Bangladesh son menores y que mueren cada día.
"Viven en cerca de 60 explanadas, 15 de las cuales reciben impropiamente el nombre de campos de refugiados, resguardados por tiendas y barracas hechas con plásticos, madera y chapas en lugares escarpados de tierra y barro a causa de las lluvias y sin agua, por lo que los niños mueren por las condiciones o por beberla contaminada", explica.
En esta primera misión se han comprado en Bangladesh medicamentos, instrumental sanitario y productos de primera necesidad para los refugiados rohinyás que están en la zona de Cox's Bazar.
El reparto se realiza en colaboración con la ONG MOAS (Migrant Offshore Aid Station), que ha abierto un hospital en el campo de Shamplapur y abrirá otro en el campo de refugiados de Unchiprang.
Pero sobre todo han llevado a los campos alimentos y leche en polvo para los niños y algunas mantas porque por la noche empieza a hacer frío.
El gran problema, según el representante de San Egidio, es logístico, "no se entiende quién gobierna, se han abierto a la acogida, pero sin programación alguna. Así no hay futuro. Ahora se ayuda, pero nadie sabe lo que pasará con toda esta gente, con los niños, que no recibirán educación ni serán integrados en la sociedad".
Sobre la petición al papa de no pronunciar la palabra rohinyá durante su viaje, ya que Birmania no les reconoce y les considera inmigrantes bangladesíes, Quattrucci asegura que "Francisco encontrará la manera de referirse al tema".
"La visita del papa a estos lugares es muy importante. Él sabrá cómo referirse al problema. Pero sobre todo pondrá la atención en dos de los países más pobres del sureste asiático, casi desconocidos y olvidados del resto del mundo. Va a la periferia de la periferia", añade.
Además, la foto del papa con un grupo de rohinyás que acudirá a la reunión interreligiosa prevista en el arzobispado de Bangladesh valdrá más que mil palabras, aseguran desde San Egidio.
Ante las acusaciones de violencia o de posibles infiltraciones de extremistas islámicos, Quattrucci resalta que "la pobreza es el pozo donde pescan los violentos" y por ello "es urgente una respuesta para solucionar esta emergencia".
"Los líderes de la comunidad rohinyá dicen que estos días su gente tiembla de frío por la noche. Las últimas lluvias han comportado un fuerte descenso de las temperaturas. Necesitan ropa de abrigo. Los niños y los ancianos son los que más sufren: ya se han producido brotes de enfermedades por el frío, como infecciones de las vías respiratorias", explica.
La Comunidad de San Egidio, que regresará la semana que viene a Bangladesh, espera reunirse con las autoridades para coordinar las ayudas.(EFE)
Cristina Cabrejas
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