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18 Wrzesień 2011

Políticos y líderes religiosos han dialogado en Munich sobre crisis y concordia mundial durante un encuentro interreligioso anual

La paz de San Egidio

 
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Política y religión dialogaron con placidez esta semana en Munich en el encuentro interreligioso de la Comunidad de San Egidio, movimiento internacional de laicos católicos que reúne cada año en una ciudad a líderes de distinto credo y políticos de varias ideologías para rezar por la paz. Llamados a vivir juntos. Religiones y culturas en diálogo ha sido el lema de este encuentro, que arrancó el pasado domingo, décimo aniversario del ataque terrorista islamista del 11-S. Los coloquios se celebraron el lunes y el martes.
"En estos diez años se ha desarrollado una cultura generalizada del conflicto - dijo allí el historiador italiano Andrea Riccardi, fundador de San Egidio en 1968-.El 11-S abrió de modo trágico el siglo XXI, y fue leído por muchos como confirmación de una interpretación de la historia según la cual hay conflicto permanente entre civilizaciones y religiones, sobre todo entre islam y occidente". Según Riccardi, en este decenio toca plantear la construcción de un clima de paz.

A la cita de Munich acudió la canciller germana, Angela Merkel, que el lunes arguyó que la crisis "obliga a plantearse una visión económica a largo plazo, a pensar en las generaciones futuras, y a apostar por un desarrollo sostenible para lograr la paz".
Merkel concedió que el mundo actual es difícil, pero que en 1986, cuando Juan Pablo II convocó en Asís la cumbre interreligiosa que daría origen a los encuentros de San Egidio, "aún había guerra fría, parecía que las dos superpotencias nunca se entenderían y nunca habría paz".
Según la democristiana Merkel, el mero hecho de que ella, nacida en la Alemania del Este, sea ahora canciller de la Alemania unida es señal de que "Europa ha cambiado, ese es el mensaje al mundo, puede haber esperanza". La canciller dijo que Alemania se alegra de recibir a Benedicto XVI, que visitará el país por tercera vez a partir del jueves.
Allí debatieron sobre crisis el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y su homólogo italiano, Giulio Tremonti. Inauguraron la cumbre el presidente alemán, Christian Wulff, y el presidente del land de Baviera, Horst Seehofer. Entre los ponentes estaban el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; el arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives; y Armand Puig, rector de la basílica de Sant Just, donde tiene su sede la rama barcelonesa de Sant Egidi. El año pasado esta cumbre se hizo en Barcelona (y por segunda vez, pues ya la acogió en el 2001), pero la relevancia política de los ponentes que participaron no fue tanta como la que se ha visto en Munich.