Budapest (Ungheria): "Zingari, europei senza patria". Testi e immagini della Conferenza Internazionale, promossa dalla Comunità di Sant'Egidio, all'Accademia della Scienze
22 de enero de 2010
El 22 de enero tuvo lugar en Budapest, en la solemne sala de la Academia de las Ciencias, la Conferencia internacional organizada por la Comunidad de Sant’Egidio titulada “Gitanos: europeos sin patria”.
La participación de un público numeroso y atento confirmó la importancia de reflexionar sobre los problemas y las dificultades de la integración de los rom en la sociedad húngara, tras la serie de agresiones cometidas en los últimos dos años. La Comunidad de Sant’Egidio quiso así no sólo denunciar una situación de grave intolerancia, sino también recoger las voces solidarias con la población rom, y dar motivos para oponerse a las derivas antigitanas con una verdadera cultura de la acogida y de la dignidad de la persona, junto a vías de integración.
“Mientras la dolorosa agudización de una inaceptable violencia antigitana hiere el tejido mismo de convivencia, la sinergia y la comunión multiplicarán y reforzarán la red de solidaridad en favor de este pueblo que, como reafirmó Juan Pablo II, ‘está en el corazón de la Iglesia’”, afirmó en su mensaje a la conferencia el arzobispo Antonio Maria Veglio’, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes y los Itinerantes de la Santa Seda, que también añadió: “Es responsabilidad y tarea de todos nosotros detener los mecanismos del odio y de la segregación”.
En nombre del Consejo Ecuménico de las Iglesias, Dieter Brandes, pastor luterano manifestó su solidaridad con el pueblo rom. Reclamó la necesidad de hacer examen de conciencia ante los prejuicios que también tienen los cristianos.
Péter Szöke, como representante de la Comunidad en Hungría presidió la conferencia y dijo: “Tras la reciente serie de homicidios contra los gitanos la primera respuesta de la Comunidad fue la solidaridad y la oración. Hoy, en cambio, queremos dar voz a la esperanza, decir que la convivencia es posible, y tenemos que buscarla juntos: personas de buena voluntad, de orígenes religiosos, políticos y culturales distintos. La oración, acompañada de discursos y acciones inteligentes y compasivas, puede poner freno a la violencia.
Katalin Katz, profesora de la Hebrew University de Jerusalén, experta de prestigio internacional del “Parajjimos”, el holocausto de los rom, reevocanto la dolorosa historia europea y húngara de los rom subrayó: “no hay que olvidar, aunque recordar es doloroso”. Hablando de la situación de hoy, dijo: “hay que reconocer el peligro que no se detiene en los límites de razas. El holocausto destruyó toda la sociedad. La discriminación, la segregación y el silencio son un inicio alarmante.
Cieja Stojka, escritora rom de nacionalidad austríaca, superviviente del Holocausto, dio un testimonio personal. Explicó que siendo niña se salvó escondiéndose entre los cadáveres, mascando cordones de zapatos y trozos de cuero. “El pasado no ha terminado –dijo– porque los rom están expuestos a discriminación, a prejuicios, a humillaciones y a agresiones también en la Europa actual.”
Marco Gnavi, representante de la Comunidad de Sant’Egidio, presentó su discurso citando las palabras que el rabino Meir Lau pronunció el pasado septiembre durante el peregrinaje a Auschwitz-Birkenau en ocasión de la oración por la paz de Cracovia: “Esta es mi venganza. Esta es mi respuesta. Esta es mi solución: vive y deja vivir. Vivid juntos, en amistad, en amor, en paz”. Tras una retrospectiva histórica de la vida y de la persecución de los rom en Europa, llamó a todos a la responsabilidad de reforzar la cultura de la convivencia: “Se lo debemos también a nuestros hijos, que no son rom, a quienes se concede oportunidades sin duda superiores a los hijos de los rom para crecer siendo dueños de su destino. La barbarie de la violencia no deja inmune a nadie, ni siquiera a quien no la comparte porque infecta las relaciones humanas y sociales, siembra miedo y desconfianza, mete miedo y manifiesta la impotencia frente a los problemas complejos”. Habló también de la amistad interesada e innovadora de la comunidad con los rom. Para concluir dijo: “La historia está hecha de encuentros y de palabras al servicio del encuentro. También nuestras voces, aquí en Hungría, de cristianos y judíos, creyentes y no creyentes, rom y payos, pueden unirse para luchar contra el antigitanismo, con la fuerza de la esperanza en un mundo capaz de componer las diversidades sin olvidar la identidad de cada uno.”
János Ladányi, profesor de sociología, recordó que tras los cambios políticos de 1989 se perdieron un millón y medio de puestos de trabajo y se ha hecho poco para sustituirlos. Hoy setecientas mil personas viven en la extrema pobreza en Hungría: de ellos, el 40% son rom. Según el orador no se puede hablar de cuestión rom, sino que se trata de un amplio problema económico, étnico y social que se puede resolver sólo si se ponen de acuerdo las fuerzas sociales.
D. Zoltán Balog, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento húngaro, dijo que una gran parte de la sociedad húngara mira a los gitanos con fuerte prejuicio y hay que convencerles de la idea de la convivencia pacífica. Para cambiar la crítica situación social, de hecho, no bastan los recursos económicos, sino que hacen falta personas que intenten ayudar en los lugares problemáticos.
Viktória Mohácsi, directora de la Fundación Movimiento para la des-segregación, exparlamentaria europea, afirmó: “Nosotros, rom o no, tenemos que vivir juntos. La convivencia no sólo es necesaria, sino que es hermosa”. Explicó la situación difícil de la escolarización de los niños rom, subrayando la importancia de una educación de calidad también para los niños rom.
El último orador, el obispo János Székely, responsable de la pastoral de los rom de la Conferencia Episcopal, dio muestra del amor y la responsabilidad ante los gitanos: “Cuando hablamos de los rom no debemos hacerlo como de un problema, sino como de nuestros hermanos”. Habló de las últimas iniciativas de la iglesia húngara. La Conferencia Episcopal ha publicado una circular dirigida a los sacerdotes en la que se explican los documentos de la Santa Sede que se refieren a la pastoral de los rom. Él, en cambio, escribió un libro sobre la cultura y la historia de los rom para las escuelas católicas. Hace dos años se tradujo la Biblia a la lengua lovara por primera vez en Hungría. Sus palabras y toda la conferencia han comunicado la esperanza: si nos ponemos al lado de los pobres, en los encuentros nace la amistad y de la amistad, una nueva civilización.