“Para crear 'más Europa' hay que salir del modelo tecnocrático (y funcional) para apelar a la profundidad de las raíces europeas y a los sentimientos de sus ciudadanos”: esas fueron las palabras de Mario Giro, responsable de relaciones internacionales de la Comunidad de Sant'Egidio interviniendo en el Encuentro que se celebra en Múnich.
Según el exponente de Sant’Egidio, que en 2010 recibió el premio de la Fundación Chirac, ha llegado el momento de “dirigirse a los ciudadanos, de dar respuesta a sus demandas (y no dejar que lo hagan solo los populistas), de tener la valentía de buscar un consenso amplio y popular, de construir un ‘patriotismo europeo’”.
"La Europa de las diversidades, si está unida, hace realidad –según Giro– la civilización del convivir que falta en la globalización homogeneizadora y en la reacción antiglobal de los choques de civilizaciones. Una civilización de ese tipo es lo que le falta a una economía sin humanismo”.
Según Giro, Europa no puede navegar en la historia global desunida “so pena de quedar condenada a ser irrelevante”. Ante el surgimiento de realidades como la India, China, con civilizaciones, economías y demografías en aumento, según Giro existe “el problema de una renovada presencia europea en los escenarios mundiales”.
“La unión –según el responsable de Sant’Egidio– es la única respuesta adecuada a los grandes desafíos de civilización, es la verdadera reacción a la degradación de nuestras sociedades y al declive". Pero Europa “necesita una nueva misión, que despierte en los europeos el sentimiento de su futuro común”.
“Europa –concluyó Giro– debe dejar de ser solo un sistema de alianzas y una composición de intereses para convertirse en una comunidad de destino. Europa solo tiene sentido si propone al mundo un modelo de convivir y para los demás: la civilización del convivir es la verdadera respuesta europea al terrorismo, al fanatismo y al fundamentalismo”. |